Sonríe cuando hay que sonreír. Ni más ni menos. No regala ni un guiño ni mucho menos una pregunta más. Fernando Alonso, el campeón de campeones, el león más fiero del circo de Bernie Ecclestone, lleva una semana de locura. Concluido el campeonato, el otro príncipe de Asturias ha de cumplir con un montón de obligaciones antes de ponerse en manos del frío, calculador y británico Ron Dennis, jefe de la escudería McLaren-Mercedes, que se ha hecho, según él mismo ha afirmado, con "las manos y la mente que devolverán a McLaren lo más alto del podio".

Tras despedirse de la fábrica de motores de Renault en París y de la factoría que la marca posee en Enstone (Inglaterra), donde se construyen sus monoplazas, Alonso se dio un baño de multitudes en su Oviedo natal. Más tarde, viajó al Líbano, donde compartió campamento con José Ramón de la Morena, que le dedicó otro Larguero. Allí reconoció que en Japón, tras reventar el Ferrari de Schumacher, temió por el título. "Cuando vi aquel humo, apreté los puños, pero no baje las revoluciones de mi motor pues pensé que Massa vendría a por mí para sacarme de la pista", confesó.

Mientras Alonso venía de inaugurar en Oviedo la central de Mutua Madrileña, uno de sus nuevos patrocinadores, Ron Dennis suspiraba en Madrid por tener ya en su equipo a Alonso. "Necesitamos sus manos pero, sobre todo, su intuición. Me admira la precisión con la que trabaja, sobre todo teniendo en cuenta la presión que ha tenido que soportar para imponerse a sus rivales. Por eso le queríamos en nuestro equipo". Dennis, socio de la firma Mercedes, aseguró que darán al asturiano "un coche ganador".

El nuevo reto

Alonso devolvió ayer los piropos de Dennis asegurando que intentará ayudar a su nueva escudería "aplicando los consejos y las técnicas aprendidas en Renault". Dijo que se había decidido por McLaren porque es todo un "reto" devolver a ese equipo a lo más alto del podio. Hacía 10 años que la escudería no cerraba el año sin una sola victoria.

"Estar en el equipo en el que estuvo Senna me hace muchísima ilusión", agregó Alonso. "Ardo en deseos de que la gente de McLaren me cuente cosas de Magic. Sé que aún hay técnicos y mecánicos que trabajaron con él".