Más o menos la cosa sería así. El Extremadura tendría que ganar en Melilla por nueve goles menos los que encajase el Cádiz en un partido que debería perder irremisiblemente en Cartagena. Salvo en ese caso, el equipo almendralejense no tendrá opción alguna de disputar la liguilla. A ello terminaron aferrándose ayer los más irreductibles hinchas azulgranas tras el traspié de su equipo.

El de ayer fue un clásico en cuanto a incertidumbre, emoción..., y la verdad es que cualitativamente no estuvo mal. Tampoco en respuesta de público, que a la sombra del festival taurino elevó el ambiente en la grada. Lo de a la sombra es un decir, porque la tarde... Hizo un calor agobiante y esa curtida afición que es la azulgrana supo aguantar estoicamente. También la de Mérida, aunque en número infinitamente inferior. Los que estuvieron en un rincón del Francisco de la Hera estuvieron siempre con su equipo y se hicieron notar. Es más, animaron antes, durante y después. Y además, con 0-0, con 1-0 y con 1-1, como tiene que ser.

En el palco también hubo lo suyo. Los dos presidentes, el del Díter con su director deportivo y su técnico... Y hasta candidatos. El señor Fernández Periane en segunda fila, el señor Ramírez Morán en la primera como manda el protocolo. Bueno, eso antes del descanso. Que luego se ausentó por motivos que no han trascendido. Cosas.