Después de muchos años, el Mérida ha tenido un verano en el que lo único de lo que ha tenido que preocuparse es en montar un equipo que ilusione a la afición para que consiga el objetivo marcado por el club de terminar jugando los playoff de ascenso a Segunda B.

Y es que en un año, la entidad ha pasado de tener una junta gestora, un descenso administrativo, una inscripción en Tercera en el último día y pedir aplazar la primera jornada de liga, porque el equipo llevaba solo 15 días de entrenamiento, a poder contar con una junta directiva comandada por Antonio Higuero que tiene muy claro cuál es la situación real del club, para lo cual ha hecho un equipo a la medida de la entidad, aunque imponiéndose un objetivo claro desde el principio que no es otro que luchar por los playoff .

El nuevo Mérida que ha conformado su entrenador, Bernardo Plaza, es una conjunción de juventud y muchas ganas de jugadores que quieren demostrar de lo que son capaces, con la veteranía en algunos puestos claves de futbolistas como Lauri, Emilio Tienza o el propio Copito para, de esta forma, crear un equilibrio en un vestuario al que lo primero que se he exigido es creer en este proyecto.

Plaza ha querido contar con jugadores de la ciudad o de su entorno, sin olvidarse de las nuevas perlas que puedan salir de la cantera romana. La entidad espera que vuelva la ilusión.