Recuerdan ¿no? que los días que precedieron al Gran Premio de Portugal, disputado ayer, en seco, casi con sol, ante 40.127 aficionados (este país está en rescate, ya saben), las vibraciones que emitían sus protagonistas eran de puro y duro clásico liguero, de un caluroso Barça-Madrid. Jorge Lorenzo contra Marco Simoncelli, Casey Stoner contra Valentino Rossi, unos contra otros.

Pues bien, ganó el mudito , aquel que no abrió la boca durante todo el fin de semana, aquel que, en plan pillo empezó corriendo a la defensiva, guardando sus espaldas y persiguiendo la liebre, sin dejarla escapar, no ya del crono, ni siquiera de su vista, para, faltando cuatro de las 28 vueltas, saltarle al cuello, exprimir la mayor potencia de su moto, superar al líder y poner pies en polvorosa. Y con autoridad.

El tricampeón español actuó con la astucia, la picardía y la estrategia que le faltó a Jorge Lorenzo que, nada más apagarse los cinco semáforos rojos huyó, abrió hueco mientras Simoncelli, su adversario verbal, se caía solito e impedía que Stoner, con problemas en la espalda durante toda la carrera, pudiese contactar con los dos escapados.

EL DUELO SOÑADO El duelo esperado. Por fin, sí, un pulso Lorenzo-Pedrosa, Pedrosa-Lorenzo, aquella pelea que tan nervioso puso al mismísimo Rey, que trató de pacificar ese supuesto enfrentamiento. Pero la verdad es que si hubo duelo, pique, pulso, fue solo mental. Lorenzo actuó cual líder que quiere ganar dominando el crono. Y así lo hizo. Y así perdió. Cedió la victoria, pero mantuvo su orgullo.

Posiblemente deberá de aprender algo de picardía. Pero Pedrosa está de regreso tras confirmar que la última intervención quirúrgica en su maltrecho hombro izquierdo ha sido un éxito. Los hay que aseguran que Pedrosa jamás se fue. Ahí están el bronce de Qatar y la plata en Jerez.

Lo que sí quedó demostrado ayer es que Pedrosa vuelve a ser un sólido candidato al cetro que posee Lorenzo. Faltando cuatro vueltas, se cansó de ir pegadito al colín de Lorenzo y, esgrimiendo el mayor poder de su Honda, lo superó al final de la recta de meta. Una vuelta antes, los dos habían clavado el crono: 1.38.247 minutos. ¡Increible!. Pedrosa enlazó dos vueltas rápidas seguidas (1.37.763 y 1.37.629). Ganó fácil. Y recuperó la vida. "Hace un mes, pensé que mi carrera estaba en peligro". Nada más lejos.

RECITAL DE TEROL El español Nico Terol (Aprilia) no dio opción a ninguno de sus rivales y se adjudicó la tercera victoria consecutiva en los 125cc, una prueba que apenas tuvo historia, salvo la pelea in extremis entre el francés Johann Zarco y el español Maverick Viñales por la tercera plaza, que se resolvió en favor del primero por apenas dos milésimas.

En Moto2, el alemán Stefan Bradl (Kalex) supo mantener a raya hasta la línea de meta al español Julián Simón (Suter) para adjudicarse su segunda victoria de la temporada. Bradl aprovechó su posición en la formación de salida para ser el más rápido en ese momento. Solo Simón le aguantó, pues Marc Márquez se fue al suelo.