Hay cosas, detalles, momentos y personas en la vida que no se pueden olvidar. Y la afición del Extremadura, lo sabe. Por eso, el próximo sábado cuando salga a calentar, espera recibirlo con el cariño y el afecto que se merece. Hablamos de Manu García, el gran ‘Spiderman’ García, ese portero con el que el Extremadura logró tocar el cielo en Cartagena y alcanzar la gloria del fútbol profesional.

El sábado, con guantes leoneses de la Ponferradina, Manu García regresará al Francisco de la Hera, un estadio que no podrá olvidar jamás: «he vivido muchos momentos emocionantes allí con la gente del Extremadura y con el pueblo de Almendralejo. Esas cosas no se pueden olvidar nunca. Un ascenso, muchas victorias. Tengo muchas ganas de jugar allí, aunque esta vez está claro que lo que quiero son tres puntos para mi equipo. Pero eso, seguro que lo entienden», relata entre risas el arquero sevillano.

No ha sido un portero cualquiera para el Extremadura. Llegó en silencio, a la sombra de Marc Vito en aquella exigente temporada para los azulgranas. Tuvo que soportar de todo: que si no era seguro, que si estaba gordo, que si le quedaba grande el equipo... pero lejos de enfrentarse a nadie, Manu agachó la cabeza, se apretó los guantes y se dedicó a currar. Al final, 51 partidos oficiales con el Extremadura, el ansiado ascenso y varias actuaciones de mérito en su debut en Segunda División. Todo ello no le valió para seguir y en verano prefirió aceptar la propuesta de la Ponferradina, que le quería como titular. Con los leoneses lo ha jugado todo. «Estoy teniendo mucha confianza del míster y del club. Estoy feliz y cogiendo toda esa experiencia que quería en una liga como esta».

A pesar de la distancia, a Manu García le siguen quedando muchos hilos de amistad en Almendralejo. Jugadores como Gio Zarfino, Alex Díez, Willy, Airam o preparadores como Pedro José o Juanma suelen intercambiar con él mensajes para saber cómo va todo. «Hasta el propio entrenador (Manuel) siempre me dijo que me deseaba lo mejor. Lo conozco poco, pero me ha demostrado que es un entrenador que sabe ayudar a las personas. Y eso tengo que reconocérselo», subraya.

También son muchos los aficionados que, durante estos días, aprovechan para escribirle mensajes sobre su regreso: «y me piden muchas camisetas, pero ya la tengo prometida. Si tuviera que traer todas las camisetas que me han pedido esta semana, no cobraba el sueldo del mes», bromea.

No esconde el bueno de Manu García que espera un buen recibimiento del Francisco de la Hera: «siempre he sentido el cariño de esta afición y no niego que creo que me van a recibir bien», confiesa.

Sobre el partido, el arquero andaluz tiene claro que será reñido, aunque considera que Ponderradina y Extremadura son, sobre el papel, dos equipos bastante parecidos, con valentía, atrevimiento y que juegan al ataque.

Manu García regresará el sábado y en la grada se verán a sus padres y familiares, los mismos que siempre acudían con bufandas azulgranas al viento cuando el sevillano era del Extremadura. Será raro verles de nuevo con bufandas distintas, pero dará igual. Los García de Pedrera se han ganado el cariño de Almendralejo. Y eso, señores, también es fútbol. Porque no todo son resultados.