Parece que Marc Márquez (Honda), líder del Mundial de MotoGP, con 43 puntos más que el italiano Valentino Rossi (Yamaha) y 61 más que el mallorquín Jorge Lorenzo (Yamaha), se ha sabido mantener, con habilidad y, sobre todo, indiferencia a las provocaciones, al margen de la pelea y mal rollo que aún perdura del mal ambiente que creado el ‘Doctor’, en las últimas carreras de la pasada temporada, cuando acusó a los dos campeones españoles de pactar lo que él definió como ‘biscotto’ (acuerdo) para impedir que conquistase su décimo título mundial.

ELUDIR EL ENFRENTAMIENTO

Cada vez que se produce alguna situación en la que Márquez se ve obligado a responder, el líder de MotoGP insiste en esquivar el tema y decir eso tan típico de que “dos no se pelean, si uno no quiere”. No sucede lo mismo, desde luego, con Lorenzo en relación a las provocaciones, o no tan provocaciones, de Rossi. Sobre todo desde el momento en que el tricampeón mallorquín acusó a su compañero de box de adelantarle en Misano, en el último Gran Premio de San Marino, de forma demasiado arriesgada “tan es así que, si yo no levanto la moto, me caigo”. Nadie, solo Lorenzo, consideró aquel adelantamiento fuera de lugar. “Fue duro, al límite, pero no creo que fuese punible”, dijo Márquez en la conferencia de prensa posterior a la carrera en el trazado Marco Simoncelli.

Llegados a Motorland (Alcañiz, Aragón), Lorenzo siguió insistiendo en sus quejas. Rossi dijo aquello de “pues Márquez adelanta así” y el ‘nen de Cervera’ volvió a no darse por aludido. Y, claro, como el mallorquín insistió, Rossi salió al trapo, obsesionado como está (y lo repite en cada ocasión que tiene) en derrotar a Lorenzo más que a Márquez, casi en ser subcampeón, por delante de su compañero de escudería, más que en intentar conseguir el décimo cetro. “Sé que no es lo mismo ser segundo que primero pero, como reto, tampoco está mal”.

RELACIÓN IMPOSIBLE

Y, sobre la insistencia de Lorenzo, Rossi dijo: “Si tenemos que hablar durante dos semanas de una maniobra como aquella, me parece que estamos perdiendo el tiempo. Para mí la situación es muy clara, porque le adelanté cuando aún faltaban 20 metros para llegar a la curva”, insistió ‘Vale’, que remató su discurso con un contundente “hay que ser profesional, pero al mismo tiempo es imposible llevarse bien con alguien que no te gusta”.

Solo faltaba que hoy, en la primera sesión del sábado del Gran Premio de Aragón, Lorenzo estrenase un nuevo casco de la firma Shark (tiburón), que simula la cabeza feroz, hambrienta, amenazante de un escualo. Y es, por supuesto, un tiburón que hace referencia a Rossi. Todo empezó en Misano-2015, cuando Rossi iba por delante de Lorenzo en el Mundial y el ‘Doctor’ estrenó un casco con un gracioso escualo y la leyenda: “El tiburón no se come al pequeño pez”. E, inmediatamente después, precisamente aquí, en Motorland (Aragón), Lorenzo ganó, acortó la diferencia con respecto al ‘Doctor’ (263 a 249), y celebró el triunfo simulando sobre su casco una aleta de tiburón con la mano derecha abierta y extendida hacia el cielo. Al final, el mallorquín ganaría el título en Valencia por solo cinco puntos de ventaja: 330 a 325.

PERSIGUIENDO A MÁRQUEZ

Ahora, la lucha entre los dos ídolos y campeones de Yamaha se centra en la persecución de Márquez, pero también en ser el mejor de la marca de los diapasones e, incluso, subcampeón. Porque no hay duda que, con la marcha de Lorenzo a Ducati al final de la presente campaña, los responsables del ‘team’ Movistar-Yamaha tratan de convencer al personal de que, cierto, se les va el tricampeón, pero ellos se quedan con el bueno.