Ha ganado quien se esperaba pero no cómo muchos habían anticipado. Este jueves por la noche, en el primer encuentro de las finales de la NBA entre los Golden State Warriors y los Cleveland Cavaliers, los últimos campeones y favoritos han abierto la serie con victoria. Pero ha sido mucho más por los pelos de lo que podría indicar el 124-114 del marcador final.

Stephen Curry, Kevin Durant y el resto de la escuadra californiana han llegado a ese triunfo solo tras recuperar toda su furia ofensiva imparable en una prórroga que estará durante tiempo en las pesadillas de George Hill y JR Smith, los dos compañeros de un LeBron James, otra vez gigante, que han dejado que a los Cavaliers se les escapara el triunfo de los dedos.

Un tiro libre y un error

Tras un partido eléctrico, a cinco segundos del final del tiempo reglamentario, Hill ha tenido en dos tiros libres la opción de cerrar la victoria en Oakland para los de Cleveland. Ha anotado el primero, igualando a 107 el marcador, pero ha fallado el segundo. Entonces, al capturar el rebote ofensivo, Smith, que ha acostumbrado a los fans de los Cavaliers a meteduras de pata, ha cometido el que quizá sea su más consecuente error garrafal. "Pensaba que ibamos un punto arriba", como ha explicado luego el entrenador Tyronn Lue, otro de los afectados por la extendida sensación de frustración, y ha dejado prácticamente que se agotara el tiempo. El encuentro ha ido entonces a la prórroga. Y a los Warriors no se les dan opciones como esa.

El primer partido de esta cuarta final consecutiva entre los californianos y los de Ohio, no obstante, ha servido para dejar claro que se anticiparon quienes daban estas finales como una cosa hecha para los Warriors. Nunca, nunca, se puede descartar al 'Rey James'. Y en su octava final seguida (y la novena de su carrera) el de Akron ha mantenido una y otra vez a los Cavaliers en liza, rompiendo las rachas ofensivas de los Warriors. Aunque los locales han salido del viaje al vestuario en el descanso, como acostumbran, como rayos y han abierto el tercer cuarto con un parcial de 10-3, James ha evitado que el daño fuera irreversible.

LeBron, memorable y de récord

LeBron ha contado con el gran apoyo de Kevin Love (21 puntos y 14 rebotes), que ha podido jugar tras perderse la final de la conferencia Este por una posible contusión. Pero de nuevo ha sido él quien ha llevado el peso del equipo y ha dejado otra actuación memorable, descomunal, en la que no le ha frenado ni un feo ataque de Draymond Green, que le ha metido un dedo en el ojo y le ha dejado con una pequeña pero visible hemorragia interna.

James ha batido sus propias marcas. Sus 51 puntos (a los que ha sumado ocho rebotes y ocho asistencias) marcan su récord personal de anotación en unas finales y representan la octava vez en estos play-off que supera los 40. Solo otros cinco jugadores habían pasado de 50 antes que él (el récord lo tienen los 61 de Elgin Baylor). Entre ellos se cuenta Michael Jordan, a quien James ya ha igualado en otro hito: 109 partidos en play offs con más de 30 puntos.

Para los Warriors Curry ha anotado 29 puntos, nueve asistencias y seis rebotes y Durant 26 puntos, nueve rebotes y seis asistencias. También ha sumado otros 24 puntos Klay Thompson, que por un momento ha dado un susto por una posible lesión tras un choque involuntario en el primer cuarto de Smith.

El Oakland Arena ha celebrado el triunfo de los de casa pero, tras lo visto, ha sido el entrenador del cuadro victorioso, Steve Kerr, el que ha resumido lo que ha pasado y lo que viene. “Todo el mundo ha estado diciendo y escribiendo que va a ser fácil. No va a ser fácil”, ha avisado. La próxima cita el domingo, también en Oakland.