Con solo tres defensas (Mascherano, Puyol y Abidal), el Barça encajó dos goles idénticos en Mestalla. Cabalgada por la banda izquierda de Mathieu, centro al área y Valdés vendido. Y también con tres defensas (Alves, Mascherano y Abidal) empató el partido en una segunda parte llena de furia y fútbol. Pep Guardiola corrigió el error inicial, aunque se salió, finalmente, con la suya ya que su equipo jugó mejor en el cuarto de hora final. "El 3-4-3 es un sistema muy bueno para nosotros porque poblamos el centro del campo", confesó ayer Xavi, el hombre que mejor interpreta el cerebro de Guardiola. Es bueno para el Barça y, al mismo tiempo, supone un desafío.

"Cuando no tienes la pelota sufres un poco más ya que perdemos un hombre en defensa", dijo luego el centrocampista. "Nos cuesta un poco más correr hacia atrás. Por eso, la primera parte de Mestalla no fue como nosotros queríamos. Pero es un sistema bueno para nosotros", insistió Xavi. Bueno porque el Barça incorpora un jugador más en la sala de máquinas --"tenemos así superioridad en el centro del campo", afirmó-- y bueno porque "en la mayoría de los partidos tenemos más del 60 % de posesión del balón".

"Cesc está a un nivel altísimo", recalcó Xavi, quien no quiso olvidarse de Thiago cuyo proceso de maduración está siendo tan lento como eficaz. "Tuvo minutos fantásticos", precisó.

Ahí, aunque no lo parezca, Guardiola está reformulando el Barça. "Cesc va mucho en profundidad, pero también viene a recibir la pelota. Dónde no está él, estoy yo. Y, al revés. Si veo que él se va a un sitio, yo me voy al otro, como hago con Andrés, Thiago o Keita. Cesc mejora mi fútbol", reiteró Xavi.