Gana la Vuelta a Portugal (2007) y preparando la Vuelta, en los Pirineos, le sale un rebeco, lo tumba de la bici y lo lesiona. Vence en la Vuelta a Castilla y León (2011), se va a las clásicas belgas y sufre un cólico nefrítico. Mala suerte, siempre poca fortuna, pero de ahí a morir atrapado por la puerta de un garaje...

Xavi Tondo tenía muchos amigos. Ayer, en Italia, Purito Rodríguez, afectadísimo, ni podía hablar, Contador suspendió en señal de duelo su conferencia de prensa, y en Valls, su pueblo, Miquel Angel Iglesias, la figura local del ciclismo, no tuvo ni cuerpo para abrir la tienda de bicicletas. Porque Iglesias fue su descubridor y el que se cansó de recomendarlo a los mejores equipos, mucho antes de que se destapara en la París-Niza (2010). Y también el que lo llamaba a su negocio cuando los contratos de Tondo (hasta hace dos años) no le permitían ningún tipo de lujo.

"Miquel Angel, he sido yo, pero no quiero que se sepa". Tondo fue a Iglesias al primero que le comunicó que él había denunciado a los Mossos d´Esquadra (febrero del 2011) a los desalmados que ofrecían productos prohibidos a practicantes aficionados del atletismo y ciclismo. Su aportación sirvió para desarticular la llamada operación Cursa . "No quiero salir en los diarios. Solo he cumplido con mi obligación, porque creo en este deporte, en su gente y para que se vea que los ciclistas somos gente limpia", dijo.