La organización SOS Racismo pidió ayer a la FIFA que investigue las circunstancias que rodearon la expulsión del capitán de los bleus , Zinedine Zidane, en la final de Alemania 2006 contra Italia.

Según varias fuentes muy bien informadas en el mundo del fútbol, parecería que el jugador italiano Marco Materazzi llamó a Zinedine Zidane "sucio terrorista", dijo la organización en un comunicado.

SOS Racismo añade que "si esta hipótesis se confirmase, el jugador italiano habría hecho manifestaciones racistas".

"Teniendo en cuenta que el Mundial se había colocado bajo el signo de la lucha contra el racismo (...) pedimos a la FIFA que esté a la altura de sus declaraciones", subraya SOS Racismo.

Por ello, la organización "pide con firmeza a la FIFA que aclare este altercado, y que las sanciones previstas por el reglamento oficial sean aplicadas", concluye SOS Racismo.

Zidane fue expulsado en el minuto 110 del partido tras darle un cabezazo en el tórax a Materazzi, después de que éste le dijese algo al jugador francés.

APOYO DE CHIRAC El presidente francés, Jacques Chirac, rindió homenaje particular a Zidane en una recepción a todos los jugadores de la selección francesa en la que evocó, pero de forma elíptica, su expulsión en la final del Mundial.

Chirac, que había recibido en el Elíseo a los futbolistas y a los técnicos de la selección, le manifestó durante su discurso a Zidane el "respeto, la admiración y la afección en nombre de toda la nación, en el momento más intenso, tal vez en el momento más duro de su carrera".

"Es usted un virtuoso, un genio del fútbol mundial. Es también un hombre de corazón, de compromiso, de convicción y por eso Francia le admira y le quiere", afirmó el presidente durante un breve discurso en los jardines del Palacio del Elíseo poco antes de ofrecer un almuerzo en honor de los futbolistas.

Al conjunto de la selección, le dijo que "nos habéis hecho vivir momentos inolvidables y nos habéis dado una inmensa felicidad y también un inmenso orgullo. Habéis mostrado calidades excepcionales y antes que nada el espíritu de equipo fue vuestro muro contra la duda al comienzo de la competición", señaló en alusión a la decepción por el nivel de juego en la primera fase del Mundial.

Al entrenador, Raymond Domenech, le calificó que "formidable arquitecto de este magnífico resultado". Chirac dijo entender "una cierta tristeza y una cierta decepción", en referencia a la derrota en la final.