Zidane, cariacontecido después de la derrota ante el Tottenham (0-1), fue ganando confianza en su discurso optimista y terminó implorando una victoria salvadora que cambie el rumbo que lleva su equipo desde que volvió al banquillo. Lo único que necesitamos es ganar un partido, ya verás, llegó a decir, tras reconocer los preocupantes síntomas: Sé que es complicado porque acabamos una temporada difícil y empezamos ahora otra difícil, pero yo sé que tengo un equipazo, aunque no estamos listos todavía, ya se ve, asumió.

Estuvimos mejor, reivindicó el francés al inicio de su rueda de prensa. No podemos estar contentos, no ganamos el partido, sabemos que tenemos que hacerlo mejor, reconoció acto seguido.

Continuamente con evasivas, sin querer entrar en ningún charco, Zidane reconoció que pueden cambiar cosas, pero en ningún momento se pudo atisbar un matiz de petición en su comparecencia: Estamos trabajando con esta plantilla y confío en ellos. El año es muy largo y estoy seguro de que vamos a rendir bien, sentenció.

BALE Y JAMES, EN MADRID

Con Bale en Madrid y el equipo en Alemania, sin entrenar con el grupo y con las negociaciones en marcha con el mercado chino, que cierra hoy, todo el mundo espera una solución de última hora para desembarazarse de un problema. Bale no ha viajado porque no se sentía bien, es una decisión conjunta con los médicos, confirmó Zidane.

Otro inconveniente para el Madrid es James Rodríguez, que vuelve a entrenarse en Valdebebas y, de paso, ha abierto una vía inesperada para quedarse en la plantilla, como la última solución inverosímil a los problemas deportivos, en lo que sería la última vuelta de tuerca de un proyecto que ha llegado de nalgas. No sé nada. No estoy pensando en eso, nos dedicamos a entrenar, dijo Zidane, hasta dos veces, ante preguntas sobre James.