Mario Pizarraya (Sevilla, 1986) y José Gaspar (Cáceres, 1987) coincidieron en el mejor momento para marcar sus primeros goles de la temporada. Sus tantos en La Roda supusieron tres puntos que han catapultado al Cacereño hasta la sexta plaza de la clasificación general, empatado a puntos con el quinto (Linense) y a solamente tres del cuarto, el Cádiz.

Dos zurdazos extraordinarios, dos goles. Cómplices en el campo y fuera de él, dos de los futbolistas más talentosos del grupo de Angel Marcos también argumentan versiones casi exactas del secreto de la buena racha: la conexión del vestuario y la "intensidad". Así, al menos, lo expusieron a este diario la mañana siguiente del éxito.

"El 70 por ciento del éxito de un equipo, además de la calidad, es que haya un buen ambiente". Mario Pizarraya cree que en el Cacereño actual se da esa circunstancia puntual. El lateral izquierdo sevillano aduce que el grupo está cohesionado y que se puede esperar todo de él en el futuro. "Todos nos apoyamos, no hay polémica, el vestuario está muy unido", dice mientras viaja a Sevilla para pasar un par de días con su mujer y su hija.

"No sé si podemos aspirar a estar entre los cuatro primeros, pero nuestro sacrificio está siendo grande y estamos trabajando mucho, con intensidad, durante todos los partidos", añade Piza . El personalmente dice estar muy a gusto en el club verde, pero no solamente ahí, "sino también en la ciudad. Cáceres es muy cómoda y me siento muy bien", asegura tras superar su lesión.

Pizarraya es un futbolista de pasado en la élite, ya que ha llegado a debutar en Primera División con el Recreativo de Huelva, "pero llegó una nueva directiva y cambió todo". Su historial deportivo le ha hecho cubrir esta etapa para su satisfacción y en el recuerdo, que no ha podido continuar, como dice él, "por cosas que pasan en el fútbol".

En clara sintonía, Pizarraya tiene la mejor opinión de su compañero, a quien piropea. "Gaspar sin duda es uno de los mejores jugadores de la categoría. Tiene algo especial que no se ve todos los días. Claro que podría estar jugando al menos en Segunda y, por qué no, en Primera División. Pero para eso hay que tener suerte y estar en el momento justo".

Sobre el lanzamiento de las faltas, que ambos comparten, explica: "El es el especialista. Las suyas tienen más colocación cuando él tira, lo mío es más de potencia", afirma.

OPINION COINCIDENTE José Gaspar, mientras tanto, se refiere también en términos elogios de la otra zurda verde: "es de los laterales más destacados de la categoría y uno de los mejores de los que me he encontrado en un equipo en mi carrera. Tiene mucha calidad y muy buen toque de balón". Sobre el lanzamiento de faltas reconoce que Pizarraya tiene "mucho más potencia" que él y que cada uno hace su papel en cuanto a la estrategia verde en esta faceta, que se desarrolla en función de la ubicación desde la que se efectúen.

José Gaspar vuelve a ser José Gaspar, el jugador talentoso que ha demostrado durante toda su carrera, aunque él sea ambicioso y diga que "me falta un pasito más para estar la 100 por 100. Me he encontrado un poco asfixiado al final, pero ya estoy a punto", asevera.

Muy feliz por el rol de liderazgo que se le ha asignado este año en el equipo, agradece la confianza de Angel Marcos. "El siempre ha creído en mí, incluso el año pasado, cuando lo estaba pasando mal". La temporada pasada, dice el futbolista de Aldea Moret, "no hice pretemporada y empecé mal", con lo que se generaron unas dudas disipadas finalmente por el entrenador entonces, Julio Cobos, que sí contó con él con asiduidad.

Sobre el Cacereño en sí, afirma con claridad: "tenemos un muy buen equipo, muy rocoso y duro que es complicadísimo que nos ganen porque es difícil que nos metan goles". Resalta que, en relación al de la temporada pasada, es "más completo" en la delantera, con la incorporación de hombres "rápidos" y verticales como Martins y José Ramón.

¿Se puede aspirar a entrar entre los cuatro primeros? Gaspar tiene la esperanza de pelear arriba, aunque sabe que será "muy complicado". Sin embargo, argumenta que son un grupo humano y futbolístico "muy fuerte" también en el vestuario.

Personalmente, tiene la esperanza cada año de jugar en una categoría superior a la Segunda B. "Siempre lo pienso", argumenta, y sus compañeros le ven con el talento más que suficiente para embarcarse en ese reto. Con 26 años, tiene aún tiempo por delante para que así sea. "Yo espero que llegue ahí a Segunda por lo menos, y poder al menos jugar algunos partidos en Primera". Como su compañero Pizarraya, Gaspar solamente piensa ahora en lo inmediato: triunfar en el Cacereño y con el Cacereño. El futuro lo dirá.