«Para los que todavía no la conocían y la están descubriendo hoy, quédense con esta cara y con este nombre, Paula Josemaría. Porque como dice la peli... ‘Ha nacido una estrella’. Felicidades zurdita». El mensaje lo dejó el sábado en las redes sociales una doble campeona del mundo de pádel, la argentina Cecilia Reiter. La destinataria, una joven extremeña que ha sido la sensación en el inicio del World Padel Tour (WPT) el pasado fin de semana en Marbella, donde junto a su compañera, la portuguesa Ana Catarina Nogueira, Portu, llegó hasta semifinales eliminando a las cabeza de serie número 1 en octavos de final y a las 3 en cuartos.

«Estábamos entrenando bien, trabajando bien, haciendo bien las cosas, pero no esperábamos obtener la recompensa tan pronto», confiesa Paula Josemaría (Moraleja, 31 de octubre de 1996), que el pasado mes de septiembre se trasladó a Valladolid con el claro deseo de lanzar su carrera en el mundo del pádel. Y ocho meses después, ha recogido los primeros frutos («espero que no sean los últimos», dice entre risas).

A la capital castellanoleonesa acudió en múltiples ocasiones durante el 2018, cuando por primero vez disputó todas las pruebas del World Padel Tour junto a Valeria Pavón. Allí conoció al técnico Gustavo Pratto (entrenador de Sanyo Gutiérrez y Maxi Sánchez, entre otros) y ahora forma parte de su grupo de trabajo. Su techo estaba en octavos de final, ronda que alcanzó en cuatro ocasiones la temporada pasada. «Tuvimos mala suerte con los cuadros».

Para esta temporada unió su clase y desparpajo a la veteranía de Portu, «El año pasado hizo una gran temporada, ganando un Challenger», cuenta Josemaría. «Mi intención era tener una buena progresión y, en eso, coincidíamos las dos». Y la progresión se está viendo. El objetivo con el que ambas iniciaban la temporada era meterse en algunos cuartos de final en los primeros torneos para seguir progresando después. ¿Y ahora? «Siguen siendo parecidos, aunque ahora sabemos que podemos llegar a más, este resultado aumenta mucho nuestra confianza para los próximos torneos».

En Valladolid, Paula Josemaría entrena una media de cuatro horas diaria durante seis días a las semana ente físico y pádel. Además, también está completando su formación académica. Graduada en Bioquímica por la Universidad de Extremadura, ahora realiza un master de educación que después le permitirá impartir clases de biología y geología. Y aunque al principio fue «duro» compaginar las clases con los entrenamientos, todo se ha suavizado con el paso de los meses.

Como el año pasado, Paula Josemaría quiere en este 2019 hacer íntegro el circuito World Padel Tour, doce torneos más el Masters final, al que acuden las ocho mejores parejas. Y la próxima parada, del 7 al 14 de abril, será en Logroño, donde las rivales, «las compañeras» dice ella, quizás la miren de otra manera. «Hemos roto un poco los esquemas, las otras parejas ya sabían que éramos una pareja dura, pero ganar a las números 1... ahí hemos rotos el hielo y a nosotros nos va a dar mucha confianza para los próximos torneos».

Salto en el ranking WPT

Alcanzar las semifinales del Cervezas Victoria Marbella Master le ha permitido a Paula Josemaría dar un salto de 14 posiciones en el ranking del World Padel Tour, pasando del puesto 39 con el que cerró el 2018 al 25 que ocupará las próximas semanas. Nunca había estado tan arriba. «Creo que tenía un ranking un poco engañoso, estaba la número 39, pero tenía un nivel un poco por encima», dice ella con seguridad, argumentando que la mala suerte con los cuadros el año pasado, cuando en varias ocasiones le tocó bailar con las más feas en la primera ronda, le impidió llegar más lejos en más de un torneo.

En la semifinal ante Marta Marrero y Marta Ortega, que al final se proclamaron campeonas del Marbella Master, Josemaría cree que les faltó «un poco de experiencia» en rondas finales, sobre todo en el tie break del primer set, cuando ganaban 4-0 habiendo levantado incluso alguna bola de set. «Al principio estuvimos un poco nerviosas», remomora. Nunca habían jugado el pabellón, reservado para semifinales y final en el torneo femenino. En el masculino sí se juegan más rondas. No es la única diferencia, ya que los premios de las mujeres son alrededor de un 30% inferiores a los de los hombres. «Las cosas se van igualando, aunque aún quedan algunas cosas por mejorar», dice la extremeña.

En el pabellón, ante 3.000 espectadores «con muchas ganas de animar tras la semifinal entre Bela y Lima contra Paquito y Lebrón», Josemaría y Portu quizás se sintieron un poco intimidadas en los primeros juegos, aunque solo dos. «Luego luchamos bien todos los puntos. Hay que sacar las cosas positivas», asegura con ganas de seguir mejorando.

También se queda con las múltiples muestras de cariño, tanto de sus compañeras en el circuitos como de sus paisanos: «Fue una cosa increíble. Al final del partido no daba crédito a lo que estaba pasando. Nos ha dado muchos ánimos para continuar trabajando».