Era la alegría del vestuario. El alma. Más alla de su innegable calidad futbolística, todos los que conocieron y compartireron vivencias con Antonio Puerta (Sevilla, 26-11-1984) se detenían ayer en los innumerables episodios que demostraban su condición de bromista. Entre lágrimas y sollozos, sus amigos y excompañeros relataban las anécdotas que siempre permanecerán en su memoria cuando recuerden al jugador fallecido ayer. Se fue unos de los carrileros con más futuro de Europa, pero también uno de los jugadores más querido por la afición sevillista.

Una anécdota resume el carácter de Puerta. El 21 de marzo del 2004, minutos antes de debutar en Primera contra el Málaga, el técnico Joaquín Caparrós le vio algo agarrotado. No era normal en él. Así que el actual preparador del Athletic se dirigió a él y le dijo: "¡Anda, Antonio, cuéntate un chiste!". Y Puerta provocó las risas de todos sus compañeros. Aquella tarde ya demostró su calidad por la banda izquierda, pero no lo tuvo fácil para hacerse con un puesto.

Interior de lujo

Desde pequeñito, Puerta siempre destacó como interior. Siempre fue creativo, un hombre de ataque. En el filial, formó parte de una genial hornada junto a Sergio Ramos, Navas, Antoñito y Kepa. El exjugador Manolo Jiménez, zurdo como él, lo mimó con locura, pero delante tenía al incombustible David Castedo de lateral y a Adriano de interior..

Por su abuelo empezó a jugar y a él dedicó el gol más importante de su vida, el tanto de volea que le marcó al Schalke en las semifinales de la UEFA el 27 de abril del 2006. Una tremenda volea en el minuto 100 de la prórroga en el año del centenario. "Ese gol cambió nuestras vidas", repetían los aficionados sevillistas. Cierto. Ahí se inició el ciclo de éxitos del conjunto andaluz. Conquistaron aquella UEFA en Eindhoven, el primero de los cinco títulos de los siguientes meses.

Aquel tanto espoleó la carrera de Puerta. Quienes entienden de fútbol se dieron cuenta fácilmente de que se trataba de una de las zurdas más prometedoras de Europa. Aunque Caparrós ya predijo que sería "el mejor lateral izquierdo de España" en el futuro, a Puerta siempre le gustó más jugar de interior. Pero cumplía con tanto acierto en ambos puestos que parecía no notar el cambio. La banda izquierda era su hábitat y se movía arriba y abajo con total desparpajo. Asiduo en las convocatorias de la sub-21, Luis Aragonés le dio la oportunidad de debutar con la selección absoluta en noviembre del 2006, aprovechando una lesión de Reyes.

Lateral-interior

El hecho de destacar en una posición con tanto déficit de jugadores, hizo que muchos clubs europeos se interesaran por él. En Inglaterra se enamoraron de él tras el partido del Sevilla en casa del Tottenham, en los cuartos de final de la pasada UEFA. Completó un partido excelente. "Si no cambias de chip no puedes jugar de lateral. Si quieres lucirte para que la gente te vea, estás equivocado y puedes echarte mierda encima. De extremo, te puedes lucir ante tu adversario. De lateral, si fallas, el jugador se queda solo ante el portero", resumía.

El Arsenal y el Manchester preguntaron rápidamente por él, pero Del Nido no estaba dispuesto a desprenderse de su "zurda de diamante", como le definió ayer. El Madrid también lo veía como el mejor sustituto de Roberto Carlos y el Barça se planteó su fichaje, pero se decantó por Abidal ante las dificultades que planteaba su contratación.

"¿Para qué voy a cambiar de aires si estoy en el mejor club del mundo?", respondió el futbolista ante las ofertas. Del Nido le renovó hasta el 2012, la mejor noticia para Puerta. Con su novia embarazada de ocho meses y, pese a su juventud, reconocido como uno de los pesos pesados del vestuario, Puerta era el hombre más feliz del mundo. Un problema cardiaco se lo llevó para siempre.