Los analistas ven pocos incentivos para que Trump deje de «ser duro» contra China. Lo que es más, el presidente estadounidense parece estar contando con que la Reserva Federal (Fed) mitigará los riesgos económicos con mayores recortes de tipos, añadiendo más margen de actuación para su disputa comercial. Trump concurre a las elecciones que deben celebrarse en noviembre del 2020, con lo que no le falta motivos para alentar la refriega.

Que un país reciba la calificación de ‘manipulador de divisas’ tiene implicaciones internacionales pues se considera que esto incurre en prácticas desleales. Con esta designación, lo que hace indirectamente EEUU es pedir al FMI que realice «una vigilancia adicional y rigurosa de la economía china y de su gestión del tipo de cambio». Un yuan más débil permitirá que los productos chinos, siempre competitivos, lo sean aún más. Un arma poderosa para el banco central.

El Gobierno chino opta por la opción del tipo de cambio fijo. El banco central chino fija cada día un precio. La cotización de la divisa se mueve en función de la oferta y la demanda. Estos factores hacen subir o bajar el precio de la divisa y es ahí cuando el banco central chino interviene para que no afecte al precio de cotización fijado. Si la demanda exterior quiere comprar muchos, el precio de la divisa china aumentará. Si ocurre esto, el banco central chino imprime más billetes para que haya más oferta.

Que el Banco Popular de China haya permitido a su moneda cruzar los 7,00 yuanes por dólar podría ser visto como una señal de que China y EEUU no están de ninguna manera cerca de un acuerdo en sus disputas comerciales. No obstante, China situó su último tipo de cambio por debajo de siete yuanes ayer en un intento de rebajar la escalada de tensión. Los analistas esperan que las autoridades asiáticas mantengan la moneda relativamente estable.