La recesión ha secado las arcas públicas y reducido drásticamente la presión fiscal. es decir, el peso de los ingresos tributarios en la economía. Con igual o mayor número de ciudadanos, el Estado ha recaudado menos porque muchas personas están en paro o han cerrado su empresa. Por todo ello, el pasado 21 de abril fue el último día de trabajo de los españoles para el Estado, 11 días antes que en el ejercicio anterior. La presión fiscal española, que en el 2008 fue del 33,1%, cayó hasta el 30,4% en el 2009.

Los economistas neoliberales bautizaron esa jornada en la que cada ciudadano deja de trabajar para el Estado y empieza a hacerlo para sí mismo como el día libre de impuestos. Desde el 2000, la jornada en España era en mayo. Con la crisis se ha pasado del 15 de mayo en el 2007, el punto álgido del boom económico, a 24 días antes dos años después.

En comparación con la media de la Unión Europea (UE) --24 de mayo--, España está muy por debajo y también con la zona euro --27 de mayo--. A su vez se encuentra a más de dos meses de Dinamarca, el país con la presión fiscal más elevada --28 de junio--, pero donde, como en todos los países nórdicos, el nivel de servicios públicos es muy alto. España y otros dos países muy atacados por los mercados, Irlanda y Grecia, están en la banda más baja.