La reforma laboral del 2006 se propuso reducir la temporalidad, sin tocar el despido. La tasa de temporalidad ha pasado del 34,4% de entonces, al 29,4%. Según el Banco de España, hubo un gran avance al principio, para aprovechar la ayuda de 800 euros para los contratos temporales que se transformaran en fijos. Los avances posteriores se dan por la desaceleración del empleo, que se ceba en los temporales, reduciendo su tasa. El Banco de España solicita ahora "una reforma de mayor alcance".