España ocupa uno de los peores lugares de Europa dentro del nuevo Barómetro de la Corrupción que elabora cada año la organización Transparency International (TI). El 3% de los encuestados reconocieron haber pagado sobornos en los últimos 12 meses, un porcentaje que, aunque bajo, solo superan países como Bulgaria, República Checa, Grecia, Lituania y Rumanía.

Evidentemente, el pago de sobornos en España y en la UE no tiene nada que ver con lo que declaran los ciudadanos de Africa (más del 45% han pagado en el último año), ni siquiera con los que padecen los países asiáticos o latinoamericanos (en torno al 20% de los encuestados). En total, uno de cada 10 ciudadanos del mundo paga sobornos, sobre todo a la policía y a los jueces.

En Europa, aunque el soborno no es habitual, de los 11 servicios analizados, los médicos-sanitarios son los más afectados por este problema, seguido de los registros y oficinas de permisos, los jueces y la policía.

DAÑO A LA DEMOCRACIA La encuesta también incide en la percepción de los ciudadanos sobre la corrupción en su país. Los partidos políticos y los parlamentos continúan ocupando los primeros lugares del informe de TI. La organización advierte del daño que produce a la democracia.

En el caso de España, también los partidos políticos han conseguido la peor puntuación de los ciudadanos por su nivel de corrupción: un 3,9, dentro de una escala del uno al cinco. A pesar de ello, las empresas españolas y, en general, el sector privado, se llevan la peor nota de Europa (3,6), si se exceptúa lo que piensan polacos, noruegos, búlgaros o islandeses de sus empresas.

No aprueban ni los medios de comunicación, ni el Parlamento, ni el sistema legal, ni los servicios públicos, ni Hacienda.

La presidenta de TI, Hugette Labelle, afirmó que el coste económico de la corrupción supera los 680.000 millones de euros al año.