Unicaja Banco y Liberbank acumulan cerca de 4.500 millones en créditos fiscales que allanan su fusión, ya que pueden emplear parte para hacer frente a los gastos de reestructuración y alejar una hipotética ampliación de capital.

Las negociaciones para crear el sexto mayor banco de España, con un volumen de activos próximo a 96.000 millones, avanzan y se mantiene la idea de que la operación podría cerrarse en la primera mitad de 2019.

Ambas entidades, explican a Efe fuentes financieras, coinciden en que la mejor fórmula para su unión es a través de una fusión al uso, sin necesidad de crear un nuevo grupo al que traspasar los activos de Unicaja Banco y Liberbank. En principio, sin necesidad de recurrir a una ampliación de capital, ya que el grupo resultante podría aprovechar las sinergias que genere y la liberación de capital para hacer frente a los gastos de reestructuración.

Estos gastos provendrían por la integración informática y los ajustes de plantilla en los servicios centrales, ya que las redes de sucursales son complementarias.

Unicaja Banco se centra en Andalucía y Castilla y León, mientras que Liberbank tiene una posición estratégica en Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha y Extremadura.

Pero hay otras opciones para evitar una ampliación de capital, desde la venta de la participación del 22 % que ambas entidades suman en la aseguradora Caser y que podría reportarles algo más de 200 millones, hasta la utilización de créditos fiscales o la venta de activos problemáticos.

El grupo nacería con cerca de 4.500 millones en créditos fiscales, según datos de cierre del 2017, ya que la entidad con sede en Málaga contaba con 2.538 millones y la segunda, con unos 1.930 millones.

Esta cantidad es un mero apunte contable que se ha generado con el paso de los años, es decir, un derecho de cobro que Hacienda reconoce y que pretende compensar en el futuro reduciendo los impuestos que cada ejercicio tienen que liquidar las entidades.