Las residencias de mayores en España se han convertido en los últimos años en objeto preciado de grandes inversores. La crisis del coronavirus ha dejado en evidencia las carencias de muchas instituciones y elevado las dudas sobre la conveniencia de que el 60% de los geriátricos estén en manos privadas. El número de camas en proyecto a finales del año pasado triplicaba las previstas hace tres años. La elevada mortalidad durante la pandemia puede afectar esos planes y elevar las exigencias técnicas a los promotores por parte de la Administración. Pese a ello, las residencias de mayores seguirán siendo un instrumento de inversión atractivo en un contexto de tipos de interés bajos y futuro sembrado de clientes por el alza de la esperanza de vida. La rentabilidad de la inversión en una residencia de ancianos ronda el 20% de la facturación, según los especialistas en traspasos de La Central del Negocio.

Según la consultora DBK, el sector empresarial de los geriátricos funcionaba viento en popa hasta el impacto del coronavirus, con crecimientos de entre el 3% y el 4% anuales y buenas perspectivas en un contexto de creciente envejecimiento de la población. Paralelamente, pese a la mayor competencia los precios de las plazas han ido al alza en los últimos años. Es prácticamente imposible encontrar una plaza en un geriátrico por menos de 1.500 euros mensuales en ciudades como Barcelona o Madrid y eso con largas listas de espera, subvención pública y el respaldo de buena salud, exigencia habitual en muchas residencias. El coste medio por plaza pública en España de un geriátrico fue de 18.182,52 euros, según los últimos datos del Imserso correspondientes al 2018.

Los datos del mercado de geriátricos en España muestran el desembarco del capital privado en el negocio, pero al mismo tiempo una relativa diversidad de propietarios e inversores. Esos márgenes del negocio en torno al 20% de la facturación y plazos de retorno de la inversión de unos cinco años, son el principal atractivo en un contexto de bajos tipos de interés.

Según un reciente informe de Alimarket sobre el sector, "en los últimos años, el sector geriátrico se ha convertido en objeto de deseo de patrimonialistas, inversores y grupos internacionales". Según este informe, España "cuenta en la actualidad con más de 32.000 camas en distintas fases de proyecto y/o construcción, una cifra que se ha triplicado ya, con respecto a los datos que se manejaban hace apenas tres años".

El sector privado gestiona en torno al 59% de las plazas en España. Las plazas concertadas, subvencionadas por el Estado, suponen el 30,4% del total, mientras que las de gestión privada de plazas públicas suponen el 10,6%.

La facturación agregada de las empresas gestoras de residencias para la tercera edad en España es superior a los 4.850 millones de euros, con crecimiento continuado en los últimos cinco años. Las 10 mayores empresas propietarias de geriátricos en España controlan en torno al 30% del sector y las cinco primeras en torno al 23%, según DBK.

Según los últimos datos del Imserso (diciembre del 2018), en España había una oferta de 6.240 centros de todo tipo para el alojamiento de mayores con un total de 391.475 plazas. De las 280.317 personas usuarias en ese momento, el 70% eran mujeres y el 82% superaba los 80 años. De esos datos el 97% de las plazas analizadas correspondían a centros residenciales, y el resto a viviendas para mayores.

La consultora DBK reduce ese número total de residencias para la tercera edad, incluyendo públicas y privadas, y lo calcula en unas 5.649 en el 2018 (últimos datos disponibles), albergando un total de 381.340 plazas, un 1% más que en el ejercicio anterior. En torno al 75% de las plazas correspondían a plazas en residencias privadas, con una cifra de 285.442, que en 2018 se incrementó un 1,5%. Las plazas privadas puras representaron el 65,3% de la oferta privada, con unas 186.351 unidades. Este tipo de plazas aumentó el 1,6% en 2018, mientras que las plazas concertadas con la Administración, que se situaban en más de 99.000 unidades, se incrementaron el 1,3%.

Las empresas del sector

El año pasado estuvo marcado por la adquisición del grupo Gerovida por parte del líder del sector DomusVi y, en general, por las distintas compras que cerraron otros grupos franceses para consolidar o iniciar su apuesta en España. En esta línea, figuran firmas como Orpea, Emera, Colisée y Korian. Los planes de crecimiento de grupos como Ballesol o Vitalia, entre otros, y las operaciones de implantación en el sector de importantes grupos patrimonialistas e inversores, como Healthcare Activos, Thor Private Equity, Primonial Reim o la también francesa Foncière Siscare también llaman la atención en el sector. Según el anuario Alimarket, el mercado geriátrico de Cataluña está liderado por el grupo DomusVi, seguido de Sanitas Mayores, y por detrás varios operadores de ámbito regional, como L'Onada, el Grup Mutuam o Bastón de Oro.

En ese disputado mercado, Domus Vi es el líder, resultado de la unión de Geriatros y Sarquavitae, propiedad del fondo británico ICG y del francés SRS, vehículo de inversión de Yves Jounel, una de las fortunas de Francia. En el clan de los operadores franceses con presencia en España destacan también Orpea y Amavir. Se suman en el sector Vitalia, de capital británico, y Ballesol, firma española en la cabeza de las residencias de ancianos. Clece, filial de la ACS de Florentino Pérez, también tiene un puesto destacado en el sector. También la constructora Sacyr no ha querido quedarse atrás en el negocio.

Eulen, empresa especializada en la externalización de servicios y trabajo temporal fundada por el empresario David Álvarez, tiene también una importante presencia en el sector de la residencias de ancianos. También aseguradoras como Bupa o Santa Lucía, entidades religiosas como la Fundación San Rosendo, o Aralia. El partido Podemos siempre ha criticado la privatización creciente de las residencias de mayores en los últimos, con continuas denuncias de relaciones entre las empresas del sector y la derecha, en el marco de una alianza de intereses que ha propiciado la progresiva privatización del sector.