Sólo 2,3 millones de hogares de los casi 14 millones que hay en España tienen su vivienda hipotecada, frente a los de 8,4 millones que la tienen ya pagada, según el servicio de estudios de la Caixa Catalunya. Por tanto, el impacto en el crecimiento de los precios en el patrimonio de los hogares es más importante que la correlativa ampliación de los gastos financieros por los nuevos hogares que entran en el mercado inmobiliario. El precio medio de la vivienda nueva subió un 17% en el pasado año 2003, lo que supone un ligero repunte respecto al 16,6% del 2002.