El consejero delegado de la española Abertis, Salvador Alemany, reconoció ayer que la fusión con la concesionaria italiana de autopistas Autostrade está en peligro por las múltiples dificultades planteadas por el Gobierno italiano. "Las decisiones adoptadas han configurado un marco de dificultades crecientes que han obligado a revisar constantemente nuestra posición" en la fusión con Autostrade. Alertó de que "lo que en ningún caso haremos será colocar a la compañía ante riesgos inasumibles".

Estas declaraciones de Alemany se producen a tres días de la junta de Autostrade que ha de aprobar el dividendo extraordinario previsto en el canje de acciones de la fusión y después de que el Congreso y el Senado italiano cambiase el marco tarifario de las autopistas en la ley de presupuestos. Como consecuencia, tanto desde Autostrade como desde Abertis se avisó de que era imposible mantener las valoraciones con las que se había diseñado la operación.

PALOS EN LA RUEDA "De momento, la nueva legislación italiana presenta un marco aleatorio que debería revisarse o definirse mejor, para evitar una inseguridad jurídica que haría muy difícil la atracción de capitales para invertir, a largo plazo, en las infraestructuras que el país seguirá necesitando", comentó Alemany. "No quiero decir que la operación no sea realizable, pero queda muy poco tiempo para lograrlo con el calendario previsto", avisó.

En la misma línea, el presidente de Autostrade, Gian Maria Gross-Pietro, aseguró que será inevitable renunciar a la fusión si antes del 13 de diciembre no llega la autorización del Gobierno.