Luis Valls Taberner falleció ayer en Madrid a los 79 años de edad víctima de una insuficiencia cardiorrespiratoria. Banquero, periodista --como le gustaba subrayar-- florentino y maquiavélico, con él se cierra una etapa de la gran banca española. Dejó la presidencia del Banco Popular en octubre del 2004 con todo bien atado para que le sucediera su hermano Javier Valls, y gestionara el banco el presidente ejecutivo, Angel Ron. "El problema soy yo. Pues resolvámoslo", dijo al consejo.

Con él se cierra una etapa de la banca, aquélla de los siete grandes , que plasmaron sus citas en las famosas comidas, propiciadas sobre todo por Valls, y que acabaron cuando Emilio Botín (hijo) comprendió que no le interesaban.

Más allá de lo que Valls hizo por el Popular, llevándolo al tercer puesto en el ránking de la banca, a convertirlo en el banco más rentable del mundo, hay una faceta del banquero aún por estudiar. Su papel en la transición, su apoyo a la financiación a los partidos y a la legalización del PCE y alguna de sus actuaciones clave en la transición.

La capilla ardiente con los restos mortales de Valls, que estaba soltero y era miembro del Opus Dei, se instaló en el Colegio Mayor de Santillana en Mirasierra (Madrid).