Los sofisticados análisis químicos que se realizan en los poco conocidos laboratorios de Aduanas se han convertido en una herramienta fundamental para combatir el fraude fiscal en los aranceles del comercio exterior y en los impuestos especiales. Los complejos análisis químicos que se pueden realizar en el laboratorio central de Madrid y en los de Barcelona, Sevilla y Valencia (pronto se abrirá otro en Irún) detectan que alrededor del 30% de las muestras de mercancías remitidas por los inspectores de las Aduanas aplican de forma indebida los aranceles. Esta labor contribuyó de forma decisiva a la recaudación de 173 millones de euros por actuaciones de control en las Aduanas en el 2004.

En Madrid está el Laboratorio Central de Análisis Químicos de Aduanas, una institución centenaria (nació en 1888) que hoy cuenta con los instrumentos y procedimientos de análisis más modernos y sofisticados. La mayor parte de la plantilla son químicos o analistas de laboratorio (55 sobre un total de 70).

EL PROCEDIMIENTO "Trabajamos para el servicio de Aduanas", explica Luis Miguel Iglesias Quintana, director del Laboratorio Central de Aduanas e Impuestos Especiales. Los inspectores o agentes de aduanas les envían muestras de productos cuando sospechan que se está importando una mercancía bajo apariencia de otra para pagar un arancel más barato, o burlar los topes a la importación.

También envían muestras cuando sospechan que exportadores españoles declaran unas mercancías por otras o las adulteran para cobrar ayudas comunitarias. Son las llamadas restituciones a la exportación y afectan a productos como leche, azúcar, harina, carne, etc, a los que la política agraria común (PAC) protege de la competencia de Africa o Latinoamérica.

Los inspectores de Aduanas y agentes de la Policía o de la Guardia Civil remiten muestras cuando detectan posibles fraudes en impuestos especiales sobre hidrocarburos o alcoholes. Los laboratorios analizan la naturaleza de cada producto y envían el informe al inspector, quien decide abrir o no un acta para aplicar la sanción.

De las 12.739 muestras analizadas en el 2004, un tercio correspondió a alcohol y bebidas alcohólicas y el 18%, a hidrocarburos. El 24% tuvo que ver con las medidas proteccionistas de la PAC y el otro 25%, con los controles de importaciones y exportaciones. Cuando se toma una muestra de una partida para importar o para exportar, la mercancía no se detiene. Sólo se retiene si pudiera ser objeto de contingentes o topes.