Las casi 30.000 empresas de gran consumo que forman parte de Aecoc notan que el consumo sigue recuperándose, pese a no haber alcanzado los niveles de antes de la crisis. Sin embargo, si las elecciones abocan a un escenario de incertidumbre, el consumo puede resentirse.

Así lo ha asegurado este jueves el presidente de la Asociación de Empresas del Gran Consumo (Aecoc), Javier Campo, en la asamblea general de la asociación, que se ha celebrado en Barcelona. En el análisis de la situación actual, Campo ha destacado que en el 2015 y el 2016 el impulso fue "potente", pero que, como el global de la economía, poco a poco ha ido ralentizándose, aunque sigue creciendo por factores de "dopaje" como la devolución de las pagas atrasadas a funcionarios.

En este sentido, Campo ha afirmado que el índice de confianza del consumidor está en máximos de la serie histórica, y que en los últimos tres años y medio el consumo crece más que la renta bruta disponible, que es muy parecida a la que tuvimos entre el 2005 y el 2008, "y lo hacía a costa del ahorro".

En esta situación, ha advertido de que si en algún momento el índice de confianza de los consumidores tuviera un impacto negativo y las familias pensaran que tienen que reconstruir su ahorro, esta situación repercutiría "rápidamente en el consumo". Y, como ejemplo, ha citado el impacto que pueden tener noticias negativas a nivel internacional o bien una "situación incierta" derivada de las elecciones generales en España, que podrían derivar en un incremento del ahorro y, por tanto, una caída del gasto.

El presidente de Aecoc también ha destacado que España presenta un mejor comportamiento que los principales países de la Unión Europea, si bien "las secuelas de la profunda crisis sufrida entre el 2008 y el 2013 son aún palpables en el nivel de empleo, renta y gasto de las familias". De hecho, aunque el gasto medio de los hogares se ha ido recuperando desde el 2015, aún se sitúa un 8,1% por debajo del nivel alcanzado durante la crisis.

Para Campo, uno de los grandes factores de riesgo es la debilidad del mercado laboral, y especialmente preocupante es el hecho de que el 40,3% del total de desempleados lo son de larga duración (llevan más de un año en esta situación) y que, entre los menores de 25 años, el desempleo se sitúe en el 33,5%. Estos datos ha dicho "provocan una situación económica muy vulnerable" y tienen un indudable impacto en el consumo de las familias.