La aerolínea KLM, orgullo nacional en Países Bajos, se ha convertido en una piedra en el zapato del Ejecutivo holandés, después de pretender subir el sueldo a su director ejecutivo y tras las denuncias sobre fórmulas fiscales utilizadas por algunos pilotos para no pagar impuestos en Holanda, mientras la compañía reclama ayuda estatal para hacer frente a la crisis del coronavirus.

El Gobierno considera a KLM una "compañía vital para la economía holandesa" y da por hecho que el escenario más seguro es que la aerolínea reciba unos 2.000 millones de euros en ayuda estatal para garantizar su supervivencia, pero varias polémicas están complicando las negociaciones con el Estado.

Numerosos pilotos de KLM tienen su residencia legal en el extranjero, lo que beneficia su declaración de impuestos sobre la renta, pues están exentos del pago de decenas de miles de euros que sí tendrían que abonar de residir en Holanda, algo visto como "inmoral" e "inaudito" por varios diputados holandeses, que exigen una llamada de atención a la compañía aérea.

Una investigación de la cadena pública NOS ha sacado a la luz que uno de cada diez pilotos de KLM vive legalmente en el extranjero, con España como el país más popular, lo que hace que teóricamente paguen allí impuestos mínimos porque trabajan para una empresa no residente en España, una posibilidad legal a la que "se debe poner fin", según diputados socialdemócratas (PvdA), socialistas (SP) y del Partido de los Animales (PvdD).

Descuentos

Los pilotos vuelan como pasajeros a un coste muy bajo desde su ciudad de residencia en el extranjero al aeropuerto Schiphol de Ámsterdam por los descuentos que les ofrece su compañía. Trabajan durante unos días y luego regresan a su casa, en las mismas condiciones, una práctica que les sale más rentable que vivir en Países Bajos.

"Esto no es una fórmula de evasión fiscal, que es lo que los diputados creen. Holanda tiene convenios de doble imposición con otros Estados que determinan qué países pueden exigir impuestos sobre la renta cuando una persona vive en un país y trabaja en otro", explica a Efe Erik Jan Peffer, especialista en impuestos transfronterizos de la firma Maguire Tax&Legal.

Con clientes como pilotos, deportistas y empleados internacionales, Peffer subraya que la situación que ha provocado esta controversia "no es una cosa específica de los pilotos de KLM, sino una regla general para todos los pilotos, que son una categoría específica de los tratados de doble imposición, como lo son los atletas o los directores ejecutivos".

Las normas dependen de los tratados, pero como norma general, los pilotos deben pagar sus impuestos en el país donde está registrada la aerolínea para la que trabajan.

Sin embargo, hay convenios específicos que no se adhieren a esta regla general, como es el caso de España, cuyo tratado se remonta a los años setenta, y donde se especifica que, si el ingreso proviene de realizar vuelos internacionales, y no domésticos, el pago de impuestos "solo" puede exigirse en el país donde reside el piloto en cuestión.

Además, según señala Peffer, los pilotos que disfrutan de esta situación fiscal "realmente viven en España, hacen su compra allí y participan en la vida social, no es que se amparen en una estructura fiscal para evitar el pago de impuestos en Holanda. Además, están obligados a presentar una declaración de impuestos de la Hacienda española a las autoridades holandesas".

Mejoras salariales

La aerolínea ha tenido que dar marcha atrás en su plan de pagarle una bonificación más alta a su director general, Pieter Elbers, de tal manera que su salario sea el mismo que el de Benjamin Smith, el director ejecutivo del grupo Air France-KLM, quien recibe hasta 3,2 millones de euros anuales, frente al millón de euros de Elbers.

Esta compañía, de unos 30.000 empleados, siempre ha subrayado que su hombre estrella tiene un salario muy bajo, si se compara con los directores ejecutivos de otras empresas holandesas que cotizan en bolsa y que, de promedio, reciben unos 2,8 millones de euros.

KLM pretendía que sus accionistas votaran esta semana mejoras a largo plazo en las condiciones salariales de Elbers, un acuerdo que se puso sobre la mesa en plena polémica, ya que la aerolínea busca vías para sobrevivir a la crisis del coronavirus, puesto que las cancelaciones mantienen gran parte de su flota en tierra, acarreando pérdidas millonarias diarias.

El ministro holandés de Finanzas, Wopke Hoekstra, fue quien exigió -presionado a su vez por el Parlamento- retirar la idea del aumento de retribuciones de Elbers de la agenda, porque "no encaja en la actual situación, con una empresa que está exigiendo mucho al Gobierno", en ayudas estatales para salir a flote en plena crisis.

En cualquier caso, el Parlamento holandés pide el establecimiento de condiciones para cualquier tipo de ayuda estatal que reciba KLM.

"Es realista que las compañías vitales para la economía holandesa puedan recurrir a nosotros en busca de ayuda y apoyo, pero esto debe hacerse de manera justa y razonable", concluye el ministro Hoekstra, que tiene por delante una semana clave de negociaciones con KLM, aerolínea que alerta de que no recuperará los niveles previos al coronavirus hasta al menos 2023.