El fulminante descenso de los precios del petróleo --30 dólares en menos de un mes, desde el máximo histórico de 147,27 dólares por barril del 11 de julio hasta el actual entorno de 113 dólares-- ha hecho resurgir las esperanzas de que el barril vuelva a colocarse por debajo de los 100 dólares en los próximos meses. Una posibilidad que, sin embargo, descartan totalmente los analistas y las instituciones internacionales.

Hace doce meses, en los albores de la crisis financiera internacional, el barril de Brent, de referencia en Europa, se vendía a unos 75 dólares. Un nivel de precios que no volverá en los próximos meses y, probablemente, tampoco en los próximos años. "Teniendo en cuenta la evolución de los últimos ejercicios, el suelo precio mínimo que, por las condiciones del mercado, los técnicos estiman que no se rebasará está probablemente en 100-110 dólares", afirma Eduardo López, analista sénior de la demanda en la Agencia Internacional de la Energía (AIE). López explica que el reciente descenso se debe al incremento de la oferta de Arabia Saudí --"No tanto como hasta los 9,7 millones de barriles que cita todo el mundo, pero sí significativamente mayor"--, a la "volatilidad intrínseca" de los movimientos especulativos y, sobre todo, a una caída de la demanda estadounidense de crudo "muy acelerada, mayor de lo que esperábamos".

POLITICAS DE AHORRO La menor actividad propia de la crisis está teniendo un impacto mucho mayor en el consumo de EEUU que en el de Europa, donde la eficiencia energética "es alta" y hay poco margen para reducir el consumo de crudo. La introducción de políticas de ahorro a norteamérica puede ser una de las grandes consecuencias de la tercera crisis del petróleo. "La era de las grandes camionetas está cerca de su fin: por más que bajen los precios, la gente no cambia de coche como de camisa", sostiene López.

Se confirme o no esta tendencia, el experto de la AIE está convencido de que los precios seguirán altos, ya que la demanda de los países emergentes "crece de forma exponencial". Hasta tal punto que no solo compensa la caída estadounidense, sino que provoca un fuerte incremento del consumo mundial.

El otro elemento clave es la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) que, según el experto de la AIE, recortará la producción si los precios siguen bajando con fuerza. "Si bajase de 100 dólares, los regímenes de Venezuela o Irán, y en cierta medida el de Arabia Saudí, no durarían una semana. Sus sistemas son una fuga hacia delante: el gasto público constante los sostiene, y necesitan un petróleo caro para no derrumbarse", subraya López.

ADVERTENCIA La AIE advierte desde hace meses de que los países productores no están realizando las inversiones necesarias para aumentar su capacidad de producción y afrontar el crecimiento de la demanda.