La subida del precio de los carburantes ha tenido un efecto inmediato en Alemania: la Deutsche Bahn, compañía pública de ferrocarriles, ha ganado 20 millones de viajeros entre enero y abril con respecto al mismo periodo del 2007. El aumento afecta también a los trenes de alta velocidad, con un incremento del 3,1%. Los sondeos a los clientes muestran que el recurso al tren, en un país en el que el automóvil es el rey, está motivado por el precio de los combustibles. Viajar en tren, según un portavoz de la empresa, supone un ahorro del 60% respecto al coche.