Los alemanes se preparan para hacer frente mañana a la peor huelga ferroviaria de los últimos 15 años, en plenas vacaciones estivales y tras el fracaso de las negociaciones entre los ferrocarriles alemanes Deutsche Bahn y el Sindicato de Maquinistas (GDL).

La movilización, con una duración inicial de cuatro horas, afectará al transporte de mercancías de toda Alemania, provocando pérdidas millonarias para la empresa al paralizar unos 28.000 trenes y verse afectados más de cinco millones de usuarios. Las repercusiones también alcanzarán al resto de Europa.

Los sindicatos exigen una subida salarial de un 31% y un convenio colectivo para maquinistas, revisores y personal de servicios. Deutsche Bahn ofrece un 4,5% más a partir del 2008 y una paga única de 600 euros, lo mismo que concedió a los otros dos sindicatos de la empresa.