Alemania lleva adelante un proceso de privatizaciones iniciado los días de su fundación y que, en los últimos años, ha adquirido gran profundidad. Berlín ha incluido en este proceso la privatización de los sectores de correos y telecomunicaciones.

El número de hóldings federales directos e indirectos fue recortado hasta menos de la mitad de 1982 a 1998. A finales del 2005, el Estado alemán tenía participación en 108 empresas, pero sólo entre las más significativas tenía más del 25%. Entre éstas están empresas como los ferrocarriles y pequeñas inmobiliarias, con una participación de 18.500 millones de euros. En el campo de la energía no existe la participación del Estado federal, salvo en la Energiewerke Nord AG, un residuo de la RDA, que se ocupada del desmontaje de centros de energía atómica.

En el 2005, el Estado se desprendió de participaciones en Deutsche Telekom y el correo Deutsche Post, entre otras. En manos del Estado están las autopistas y las carreteras. Se trata de 11.000 kilómetros de vías que, según la Constitución, pueden ser administradas por los land o las corporaciones autónomas que sean competentes de acuerdo con la legislación de los estados federados, igual como sucede con las demás carreteras federales de largo recorrido.