Ser rico en Alemania supone ganar más de 250.000 euros anuales. Así constará al menos a la hora de declarar impuestos a partir de enero del 2007, según el pacto firmado en la madrugada del lunes al martes por los partidos de la gran coalición que gobierna el país. El llamado impuesto para ricos supondrá un incremento de tres puntos de la tasa impositiva máxima, que pasará del 42% al 45% para los particulares que perciban esta cantidad y los matrimonios que superen los 500.000 euros anuales.

Aunque formaba parte de los acuerdos de coalición firmados por los dos socios de gobierno, la iniciativa del SPD no la respaldaba la unión CDU/CSU, que intentó aplazar hasta principios del 2008 una tasa que algunos calificaron de impuesto de la envidia. Los conservadores sí consiguieron que el impuesto no se aplique a las empresas, con lo que las expectativas de más ingresos en las arcas públicas del ministro de Finanzas alemán, Peer Steinbruck (SPD), quedan reducidas de 1,3 billones a 300 millones de euros anuales.

"No queríamos cargar a las pymes. Por eso mantenemos lo pactado en los acuerdos de coalición", justificaba ayer Hubertus Heil, del SPD. Para compensar las desigualdades entre contribuyentes privados y empresas, el Gobierno planea una reforma para las empresas que deberá pactarse antes del verano y entrará en vigor en el 2008.

Ronald Pofalla, secretario general de la CDU, aclaró que los 12 meses que pasarán entre una y otra reforma son una "transición" necesaria. Con esta estrategia, la unión conservadora intenta salvar la imagen ante los votantes neoliberales que esperaban una política de rebaja de impuestos. En una entrevista publicada ayer, Pofalla aseguraba que no eran "el partido de las subidas de impuestos". "Simplemente --decía-- no nos queda otra alternativa porque tenemos que acabar con el déficit presupuestario de 65 billones de euros que dejó el Gobierno rojiverde".