El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, quiere extender a toda Europa el nuevo fondo para el rescate de bancos, acordado esta semana por el Gobierno de coalición que preside Angela Merkel y cuyos detalles se concretarán el próximo miércoles en el Consejo de Ministros. Ya se conoce, eso sí, que la idea principal consiste en imponer una tasa a los bancos del país y crear con ella un instrumento que les sirva para hacer frente a posibles crisis financieras futuras. El objetivo es evitar que sean las arcas públicas las que tengan que costear los rescates de los bancos, como ocurrió en el 2008 y en el 2009.

En una entrevista concedida al periódico alemán Die Welt , Schäuble asegura que ve factible la extensión del proyecto a toda Europa y apunta que incluso ha discutido ya la idea con su homóloga francesa, Christine Lagarde. "Ambos queremos adaptar una solución de este tipo a las estructuras europeas", afirma el ministro. De hecho, Lagarde acudirá al Consejo de Ministros alemán del próximo miércoles, haciendo uso del nuevo mecanismo creado recientemente por ambos países para acudir a las reuniones del vecino.

OPTIMISMO "En el consejo trataremos, en presencia de la señora Lagarde, dos documentos. Uno con las líneas del proyecto de introducción de la tasa bancaria en Alemania, y otro que contiene las propuestas franco-alemanas", apunta Schäuble. El ministro se muestra optimista sobre las opciones de llevar su idea a la práctica: "Las posibilidades de crear una estructura europea similar son bastante buenas".

Schäuble avala también en la entrevista el nuevo plan de ayuda pactado por la UE para Grecia y defiende la participación alemana en un posible salvamento en nombre de la estabilidad del euro. "Prometimos a nuestros ciudadanos que el euro sería tan estable como el marco alemán. Y la ayuda a Grecia en un caso extremo forma parte de las estrategias de estabilidad del euro", argumenta el dirigente germano.

EL CASO ESPAÑOL En España ya existe un fondo similar al creado por Alemania para salvar a entidades a través de las aportaciones de las propias instituciones financieras. Se trata del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) que, además de para garantizar los ahorros de los clientes, tiene entre sus funciones ayudar a entidades con problemas. El FGD está dividido en tres: uno para los bancos, otro para las cajas, y el tercero para las cooperativas de crédito. El Fondo ha actuado en casos como el de Banesto, tras la gestión de Mario Conde hasta la más reciente intervención de Caja Castilla La Mancha. Está dirigido por el Banco de España y las propias entidades.

Muchos países occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, han tenido que desembolsar cantidades millonarias desde que estalló la crisis para salvar a sus bancos y evitar la quiebra del sistema financiero. El rescate de Citigroup en los últimos compases de la Administración de George Bush llevó a los estadounidense a tener que aportar 18.600 millones de euros para inyectar capital y tomar el 27% de sus acciones. Precisamente, la Casa Blanca estudia vender su participación en la entidad que preside Vikram Pandit, ahora que, un año y medio después de acudir en su rescate, lo peor del terremoto financiero ha pasado ya. El valor en el mercado de la participación del Estado en Citigroup asciende a unos 24.600 millones de euros. Si la Administración de Barack Obama se desprendiese de su paquete de acciones a ese precio, le reportaría unos beneficios de 6.000 millones de euros y se convertiría en la segunda mayor operación de venta de acciones de la historia.

Algunos colosos de Wall Street, como JP Morgan, Morgan Stanley o Goldman Sachs, ya han expresado su interés en dirigir esta operación, según apuntó ayer The Washington Post . El diario aseguró que algunas entidades incluso han ofrecido al Tesoro hacerlo casi sin costes. Sin embargo, algunos analistas creen que quizá es demasiado pronto para que el Gobierno se desprenda de su participación en el banco ya que, según auguran, el valor de las acciones subirá en los próximos meses, con lo que a las arcas públicas les convendría esperar.