La economía alemana creció en el segundo trimestre el 2,4% en relación al mismo periodo del 2005 y el 0,9% respecto al primer trimestre, la mayor tasa de los cinco últimos años. Los datos llenaron de euforia al Gobierno. El impulso del PIB ha venido determinado por el consumo interior y la inversión en construcción y equipamiento. El optimismo es tal que muchos analistas confían en que la economía alemana logrará crecer este año el 2%, más que el 1,6% previsto por el Gobierno.