El consejero delegado de Abertis, Salvador Alemany, empleó ayer un símil deportivo para describir las trabas que algunos gobiernos ponen a las fusiones transnacionales, como la que protagoniza su compañía con la italiana Autostrade: "Hay que dedicarse más a jugar la Liga y menos a discutir con el árbitro".

El directivo aseguró que Abertis está salvando las trabas del Gobierno italiano. Admitió que en estos procesos "se queman muchas fuerzas en la artesanía, y esto es un coste importante que a veces desmoraliza". Destacó que si la sede de Abertis no hubiera estado en Barcelona, no hubiese habido tantos problemas.