Fernando Abril-Martorell deja Telefónica y con su salida se acaba también el puesto de consejero delegado que ocupaba. El presidente de la compañía, César Alierta, asume todas las funciones ejecutivas, como sucedía en la etapa en la que el exmonopolio estaba dirigido por Juan Villalonga.

El cese del hasta ahora número dos coincide con un profundo cambio de la organización interna que ayer fue comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Los dos socios de referencia de la operadora, La Caixa y el BBVA, fueron informados el martes de los cambios y, según las fuentes consultadas, no pusieron objeciones.

PERDIDA DE FUNCIONES

En los últimos meses, la tarea de Abril-Martorell había perdido contenido, en buena medida porque había finalizado la reordenación del grupo que se le había encomendado. Su aspiración de asumir más funciones chocó con el criterio del presidente, que en la primavera pasada dotó de más poder e independencia a los directores generales. A partir de ahí se inició el proceso de alejamiento, que ayer se zanjó en una "separación amistosa", en palabras de la propia compañía.

Nadie en Telefónica era ajeno a ese enfrentamiento por el control de ciertas tareas ejecutivas, especialmente las del área financiera. En algunos casos se solapaban las funciones del presidente, las del consejero delegado y las de Santiago Fernández, director financiero, "que es quien realmente sale ganando con la marcha de Abril-Martorell", explicaron fuentes de la empresa.

Abril-Martorell llegó a Telefónica cuando era dirigida por Juan Villalonga para encargarse de las finanzas. Tras presidir TPI-Páginas Amarillas y dirigir la salida a bolsa, tuvo un enfrentamiento con el presidente y terminó dejando el grupo. Alierta le llamó después por su conocimiento de la empresa.

ASPIRACION FRUSTRADA

Fuentes del sector apuntan que Abril-Martorell siempre había querido ser el número uno y que podría haberlo conseguido con Mariano Rajoy de presidente del Gobierno: Alierta es un hombre muy próximo al vicepresidente y ministro de Economía Rodrigo Rato. Su cese hace difícil esta aspiración, ya que los estatutos de la operadora establecen que, para ser presidente, se debe haber estado en su consejo de administración al menos tres años.

En la nota remitida a la CNMV, Telefónica explicó las razones del cese. Decía que el consejo había aprobado un nuevo modelo de organización de la compañía una vez culminado el proceso de reestructuración de los distintos negocios del grupo. Se trata de un cambio de actividades mediante la fusión del área de empresas en la de telefonía fija y la desaparición de Admira (empresa que englobaba los activos en medios de comunicación).

CAIDA EN LA BOLSA

El mismo texto decía que el área de planificación y control de gestión dependerá del de estrategia, y el área de recursos estará dentro de finanzas. "Con esta simplificación organizativa, el presidente pasa a desempeñar todas las funciones ejecutivas de forma directa", explicó Telefónica. Los cambios no fueron bien recibidos en la bolsa. La acción cerró con una pérdida del 1,7%, aunque durante la jornada había llegado a doblar esa caída.

El consejo de administración de Telefónica de ayer también aprobó repartir el 30% del capital de Antena 3 TV que aún posee entre sus accionistas en forma de dividendo. La empresa regalará una acción de la cadena por cada 297 de la operadora.