Los precios internacionales de los alimentos, que protagonizan desde hace meses una escalada imparable, no darán tregua a la inflación española a lo largo del 2008. Los contratos en el mercado de futuros de Chicago, donde se negocia gran parte del comercio mundial de materias primas alimentarias, reflejan que los precios que se pagarán en septiembre y diciembre apenas son unas décimas más bajos que los actuales y están hasta el 120% por encima de los del mismo periodo del año pasado.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha advertido de que el incremento previsto en la producción mundial --2,6% en la de cereales y 1,8% en la de arroz, con lo que se alcanzarán sendos récord-- no servirá para suavizar los precios.

Las restricciones a la exportación que han impuesto algunos países, la fuerte demanda de importaciones, las reservas en niveles históricamente bajos, y la debilidad del dólar neutralizarán el impacto positivo de la mayor oferta, según la ONU.

Ante este panorama, la fundación de las cajas (Funcas) ha decidido revisar al alza sus previsiones sobre la inflación española para este año y el próximo. Según sus estimaciones, el índice de precios al consumo (IPC) de los alimentos no elaborados, que en abril bajó del 4,7% al 4%, iniciará en mayo una senda alcista que le llevará al 5,1% en agosto.

ALZAS CONTINUADAS Para el 2009, las cajas de ahorros prevén más de lo mismo: la inflación de los alimentos no elaborados irá del 3,9% de enero hasta el 4,9% de diciembre, y la media anual será del 4,5%. El problema, explica Caixa Catalunya, es que España es uno de los países europeos con un "mayor traslado a los precios finales de las subidas de las materias primas, especialmente en el ámbito de los alimentos", por el mayor peso de los hogares en el consumo energético y alimentario.

Los alimentos viven una escalada histórica. Según el índice de la FAO, los precios reales iniciaron en el 2000, tras años de caídas, un proceso de subidas moderadas que duró hasta el 2005 (1,3% al año) y que se aceleró en el 2006 (9%), el 2007 (23%) y el primer trimestre del 2008 (57%). La agencia estima que es "pronto para saber si el actual nivel de precios será permanente", pero está convencida de que seguirán subiendo durante las "próximas estaciones".

Las causas son diversas: la producción es incapaz de cubrir la pujante demanda; las reservas están en mínimos históricos; el petróleo ha duplicado su precio en algo más de dos años; los biocarburantes copan cada vez más recursos, y el sector es ahora un "imán para especuladores".