Con 45 millones de euros en la caja y un gasto de tres millones diarios para su funcionamiento, Alitalia no podrá garantizar algunos vuelos a partir de mañana lunes. Esa fue la puntualización hecha ayer por el comisario liquidador, Augusto Fantozzi.

La operación de venta de Alitalia se ha enrevesado de tal manera que ayer el primer ministro, Silvio Berlusconi, decidió cancelar su fin de semana y tomar personalmente las riendas. Berlusconi prometió resolver el tema, afirmando que "de otro modo, aquí se desencadena el caos".

Este viernes un consorcio (CAI) de 16 empresarios del país, a quienes el Gobierno había ofrecido la posibilidad de quedarse con los activos beneficiosos de la sociedad, se retiró de las negociaciones por la oposición de los sindicatos. Estos rechazan el despido de 500 de los 1.000 pilotos de la compañía, rebajas de todos los sueldos de hasta el 40% y la falta de precisión en las reubicaciones del personal sobrante, que serían más de los 5.000 anunciados sobre un total de 21.000.

120 EUROS PER CAPITA El personal y empresas filiales que no interesan a CAI deberían traspasarse a empresas públicas con cargo de los contribuyentes, a quienes costará 120 euros per cápita. Este dato ha desatado la imaginación de los ciudadanos. Algunos proponen crear una nueva Alitalia pública o fundar una nueva compañía con los finiquitos del personal junto con algunos bancos.