La crisis del hambre puede cobrarse una nueva víctima en breve: los niños. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU anunció ayer que puede verse obligado a retirar la ayuda alimentaria a 100.000 niños en todo el mundo si no logra en poco tiempo 480 millones de euros para hacer frente al alza de los precios. Por su parte, el director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Pascal Lamy, pidió a los países ricos que "centren su atención en la agricultura" para frenar esta inflación alimentaria.

La directora del PMA, Josette Sheeran, solicitó el pasado marzo a los donantes del organismo 320 millones para mantener los proyectos y hacer frente a los nuevos precios de los alimentos. Ayer, Sheeran se vio obligada a aumentar la petición hasta los 480 millones, debido a las últimas escaladas de precios. De no recibir las ayudas, peligra la comida que reciben en la escuela 100.000 niños de todo el mundo.

Sheeran aseguró que el PMA, con el actual presupuesto, puede comprar un 40% menos de alimentos debido a que en dos meses el precio del arroz ha subido un 75%, mientras que el trigo se ha elevado un 120% en un año. La especulación, el elevado precio del petróleo, el aumento de la demanda y los biocombustibles han provocado esta escalada de los precios.

ARANCELES Sheeran, exsecretaria adjunta de Estado de asuntos económicos y agrícolas de EEUU, también criticó las políticas adoptadas por países como Argentina, Vietnam y China, que han puesto aranceles y limitado las exportaciones. "No dan de comer a los hambrientos, sino que alimentan la crisis".

A la alerta también se sumó ayer el director general de la OMC. "Los países desarrollados pueden servirse del poder que tienen en organizaciones como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la FAO para que estos importantes proveedores de fondos concentren una parte de las ayudas a la mejora de la oferta agrícola", aseguró Lamy a la emisora BBC 4. El director de la OMC añadió que la agricultura "debe convertirse en el centro de atención de los próximos años".

Las llamadas de la ONU y la OMC se suman a las declaraciones de los máximos responsables del FMI, Dominique Strauss-Kahn, y del Banco Mundial, Robert Zoellick, que han avisado de que la crisis del hambre puede derivar en conflictos armados. De momento, las manifestaciones ya han llegado a países como Haití, Bangladés y México.