La asociación agraria APAG- Extremadura- ASAJA señaló ayer que el sector apícola en la región puede verse perjudicado por la mortandad de las abejas que han trashumado a zonas de girasol de Andalucía.

Según indica la organización, este hecho agrava la crisis que esta asociación ya había denunciado anteriormente y que tiene su origen en "numerosísimos problemas sanitarios, constantes caídas de precios y la permisibilidad de la Unión Europea en la importación de mieles de terceros países, sin calidad y a bajo o nulo arancel", entre otras muchas circunstancias.

Insisten en que este problema ya venía observándose en ocasiones anteriores y se ha incrementado en la actual campaña hasta "límites insostenibles", sobre todo por las inclemencias meteorológicas sufridas en los últimos meses, que han perjudicado fuertemente la producción con respecto a las previsiones realizadas al inicio de la campaña.

También indican que, tras los esfuerzos y gastos que ocasiona el periodo de trashumancia a Andalucía, el desastre se hace más manifiesto aún para cientos de apicultores que verán reducida la producción en su totalidad.

A los considerables perjuicios económicos se une ahora, a su juicio, el debilitamiento de miles de colmenas prácticamente despobladas, por lo que, una vez retornadas las colmenas a Extremadura, la situación puede resultar desastrosa ante la presencia y protección de la que goza el abejaruco en la región.

Por otro lado, el riesgo para el sector apícola puede ser aún mayor, extendiéndose a futuras campañas, sino se produce una buena reposición de abejas obreras en floraciones de agosto o primeras de otoño.