Por fin. Apple desveló ayer el tan esperado iPhone de tercera generación y las acciones de la compañía volvieron a echar humo. El modelo de terminal que llegará a España de la mano de Telefónica el 11 de julio se lanzará simultáneamente en 22 países, estará dotado de un receptor GPS, una batería de más duración, será más delgado que su antecesor y tendrá una carcasa con botones metálicos, pero una parte trasera en plástico negro. Además será HSDPA, la más alta velocidad que permiten las redes actuales, que permiten ver una web más rápido que por una red inalámbrica (wi-fi ).

Telefónica, que dará a conocer las opciones de contrato en sus próximos días, anunció ayer que pretende usarlo de gancho para captar a nuevos clientes 3G, un mercado que lidera Vodafone en España, pero en el que la operadora tiene 4,2 millones de usuarios. Lo venderá solo en sus 3.500 tiendas, porque Apple solo vende el terminal en sus propios comercios y no tiene ninguno en España.

El terminal en EEUU "no pasará de 199 dólares 127,27 euros al cambio, el modelo de 8Gb y de 299 dólares, el de 16 Gb". El terminal anterior costaba un 30% más.

DIEZ MILLONES DE UNIDADES Apple pretende vender las 10 millones de unidades que se fijó como objetivo cuando lo lanzó al mercado, en junio pasado. En los seis países donde se vende (EEUU, Alemania, Gran Bretaña, Irlanda, Francia y Austria), ha comercializado seis millones.

El retraso en el anuncio del terminal provocó que las acciones de Apple pasaran de los 200 dólares de diciembre a los 120 de marzo. Ayer volvió a la cifra de los 200.