La oferta que se hizo no se cambia", dijo el presidente de Argentina Néstor Kirchner. En el exterior, algunos poseedores de bonos asustados creyeron escuchar que "o la aceptan o no cobran un centavo". Con la certeza de que el ofrecimiento convencerá a la mayoría de los acreedores, el Gobierno argentino lanzó una propuesta para reestructurar los 62.487 millones de euros (10,3 billones de pesetas) de la deuda externa que entró en suspensión de pagos en diciembre del 2001, durante la peor crisis del país.

Adolfo Rodríguez Saá, que fue presidente argentino durante poco más de una semana tras la caída de Fernando de la Rúa en diciembre del 2001, será recordado por haber declarado la suspensión de pagos entre vítores del Parlamento. Luego vino Eduardo Duhalde, que la ratificó. A Kirchner le toca pasar página en la historia.

CANJE DE BONOS Argentina se propone canjear 178 bonos por tres nuevos, con vencimientos que rondan entre los 30 y 42 años. La quita de la deuda en valor actual oscila entre el 63% y el 68%. Los analistas recuerdan que, salvo una Bosnia arrasada por la guerra --que en 1997 obtuvo una poda de su deuda del 90%--, ningún otro país en suspensión de pagos en los últimos años llegó tan lejos.

Rusia se benefició de un recorte del 26% de su pasivo, mientras que Ecuador llegó al 22%. Los tres bonos que ahora ofrece Argentina tienen características diferentes. El bono Par se emite en pesos, dólares, euros y yenes y no tiene quita de capital, pero ofrece un interés inicial del 1,33%, que crece hasta el 5,25% a los 25 años de su emisión, cuando comienza a pagar amortizaciones. El bono Discount, en las mismas monedas, estipula una quita del 66,3%, un interés del 8,28% y un plazo de 30 años. El Cuasi Par se emitirá en pesos.

Al presentar la oferta, que ya tiene el visto bueno de la Comisión de Valores de Estados Unidos, el ministro de Economía, Roberto Lavagna, recordó el clima de estabilidad política y económica que alcanzó Argentina en los últimos tres años y la seriedad de la propuesta. El plazo de la oferta acaba el 25 de febrero, aunque el bono Cuasi Par se agotó el viernes, primer día de suscripción, al aceptarlo el 20% de titulares.

Lavagna dijo que si el plan es aceptado por un 50% de los acreedores --en lugar del 75% que espera el FMI--, Argentina saldrá de la suspensión de pagos. Las expectativas se basan en el acuerdo del ministro con los fondos de pensiones, los bancos, las compañías de seguros y fondos de inversión que operan en el país y que representan a más de la cuarta parte de los títulos.

"La propuesta argentina es muy pobre y avara", le hizo saber el ministro de Economía italiano, Domenico Siniscalco. Algunas organizaciones que reúnen a bonistas extranjeros dicen que llevarán al Estado argentino a juicio. Italia, Alemania, EEUU y Japón son los principales poseedores de bonos. En estos tres años, Argentina devaluó el peso un 300% y tuvo una inflación del 55%, mientras que los salarios cayeron un 25%. En los últimos 24 meses, la economía creció más del 16%, lo que es, para los acreedores, un claro indicador de que el país puede pagar mucho más de lo que ofrece.

NEGOCIACION CON EL FMI Con este trasfondo, el Gobierno anunció la reanudación de las negociaciones con el FMI, suspendidas desde agosto a la espera de que el país reestructurara la deuda contraída. Del éxito que tenga el canje de bonos dependerá mucho el curso de las relaciones con el Fondo Monetario Internacional.

La suspensión de pagos es, para Lavagna, una etapa "penosa" a la que nunca debió llegarse. Aunque la propuesta triunfe, el país no tendrá razones para sonreír: seguirá debiendo unos 99.300 millones de euros.