La agencia de calificación de crédito Standard & Poor's se sienta desde este martes en el banquillo de los acusados en Sídney, donde un tribunal federal le juzga por haber hecho perder millones de dólares a varios ayuntamientos australianos en la crisis financiera del 2008. Las alcaldías de 13 municipios del estado de Nueva Gales del Sur y una aseguradora acusan al brazo británico de Standard & Poor's y a varias sociedades financieras de haberles inducido a comprar bonos basura, que tenían la máxima clasificación en el 2006, de AAA, y de los que aseguraban entonces que tenían más de un 99% de posibilidades de beneficios. Dos años más tarde, la inversión se había desvalorizado un 90%.

Los demandantes aseguran que en la operación perdieron más de 10.824 millones de euros en los bonos de titulación de deuda de proporción constante (CPDO, siglas en inglés) que les habían aconsejado. La querella exige a la agencia y al banco ABN Ambro, entidad que emitió los títulos, la devolución de las pérdidas.

El abogado de la acusación, Noel Hutley, ha señalado que el proceso podría durar hasta finales de noviembre. El analista John Walker, de la firma IMF Australia, ha destacado que se trata de "la primera vez que una agencia crediticia es llevada a los tribunales (australianos) para responder o defender su posición respecto a sus calificaciones".