Los responsables de comercio de las 17 Comunidades Autónomas y el Ministerio de Industria y Comercio celebrarán una importante reunión en Barcelona la próxima semana para perfilar un nuevo modelo comercial, alejado de la liberalización total prevista para el 2005 por el decreto aprobado por el anterior Gobierno del Partido Popular hace cuatro años.

Tras la victoria del PSOE en las últimas elecciones generales, la gran mayoría de las comunidades se muestran partidarias de dar así la puntilla a la actual legislación comercial, que ha supuesto una liberalización progresiva de los horarios y del número de festivos, y una mayor implantación de las grandes superficies en las autonomías más liberales, como Madrid.

Los gobiernos autonómicos y el Ejecutivo central preparan un nuevo marco legal que supone una vuelta atrás tanto en el número de festivos comerciales como en los horarios de apertura de los comercios y las medianas y grandes superficies.

El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha encargado informes para conocer el impacto real que tienen los horarios sobre el sector comercial, con el objetivo de hacer una propuesta para enero del 2005. El ministerio que dirige José Montilla tiene como objetivo una nueva regulación con bases técnicas acorde con la realidad actual, aunque el objetivo no es volver a la situación de 1996, según ha podido saber este diario.

LINEAS MAESTRAS Montilla aún no ha presentado ante el Parlamento las líneas maestras del ministerio respecto a la regulación comercial, aunque sí se ha mostrado "contrario a la liberalización de los horarios comerciales que pretendía poner en marcha el Partido Popular".

El Ejecutivo socialista buscará el máximo consenso con los comerciantes y las asociaciones de medianas y grandes superficies. La patronal de los hipermercados, Anged, asegura que su objetivo es "recoger el mensaje de diálogo con el Ejecutivo central partiendo de la base que eso implica que ambas partes están dispuestas a ceder".

Según fuentes de la Anged, "hay una demanda por parte de los consumidores, que exigen unos horarios más amplios para hacer sus compras", extremo que topa con las limitaciones que quiere imponer el Gobierno central.