Los representantes de los tripulantes de cabina de Ryanair Sitcpla y USO- llegaron en enero a un acuerdo con la aerolínea por el que esta se comprometía a reconocer a los representantes de los trabajadores, a aplicar la legislación española y a analizar la situación de contratación del 75% de los 1.800 tripulantes españoles, contratados a través de las agencias irlandesa Crewlink y Workforce. Pero ese acuerdo empieza a temblar y los sindicatos denuncian ante la Inspección de Trabajo el primer incumplimiento: Ryanair debía haber convertido 400 contratos temporales externos a contratos indefinidos directamente con la compañía el 1 de febrero y todavía no lo ha hecho.

Según los sindicatos, la aerolínea envío a estos empleados contratos con "cláusulas contrarias a la legislación laboral española" como la definición de su actividad como "agentes de servicio al cliente", en vez de tripulantes de cabina de pasajeros, o introduciendo la posibilidad de que Ryanair les asigne "cualquier función, en cualquier departamento" que la empresa estime oportuno. "Es decir, si la empresa me dice que mañana tengo que ir a limpiar las oficinas de Dublín, tengo que ir, porque si no me estaría negando a cumplir el contrato", explica a este medio el secretario de organización de la Sección Sindical de USO en Ryanair, Jairo Gonzalo.

Además, la compañía establecía otras condiciones como su derecho a "revisar los coches personales de los trabajadores si tenían sospecha de robo" o a "llevar a un médico al avión sin previo aviso para hacer a los trabajadores un test de drogas o una revisión médica". Así como cuestiones "menores" como que "en casi todas las clausulas pone 'si no se cumple, se iniciará un procedimiento disciplinario cuya sanción es el despido", explica Gonzalo.

Según el acuerdo suscrito en enero, los sindicatos daban a Ryanair un plazo de tres años para ir convirtiendo de forma gradual los contratos de los trabajadores en régimen externalizado a través de Crewlink y Workforce. Los que llevan más de cuatro años en la compañía (unos 400) deberían hacerlo en febrero y los que llevan entre tres y cuatro (unos 60) en abril. El resto a partir de enero del próximo año. Pero, de momento, todos siguen de alta en las agencias y sin contrato de trabajo con Ryanair.

¿Y EL RESTO DEL ACUERDO? POCOS AVANCES

El único avance que ha habido hasta el momento es que la compañía envió una carta en febrero a todos los trabajadores diciendo que a partir de entonces aplicaban la legislación española a pesar de que los contratos nuevos que proponen mantienen cláusulas contrarias a esa legislación, según los sindicatos-, así como que el 25% de trabajadores que sí cuenta con contrato directo con Ryanair recibieron el 28 de marzo su primera nómina española. "Antes estábamos obligados a tener cuenta corriente en Irlanda", apunta Gonzalo.

No obstante, las vacaciones siguen siendo irlandesas -20 días en vez de 30 como en España-, por ejemplo. Esta y otras cuestiones deberían ser establecidas en un Convenio Colectivo que debían firmar en abril pero que parece que se alargará pues Ryanair "se niega" a darles el censo de empleados con lo que no pueden elegir a sus representantes sindicales legales y, por tanto, negociar el convenio. "Ponen como condición firmar la ley de protección de datos irlandesa, nosotros les hemos planteado firmar la española o incluso la europea, y en ello estamos", dice. "Yo creo que se va a resolver pero si no tenemos legislación española ni convenio colectivo volverá a haber revuelo", añade.