El Banco Central Europeo ha recortado los tipos de interés en los préstamos al sistema financiero del 0,75% al 0,5%, el mínimo histórico. La medida beneficiará especialmente a las operaciones de crédito firmadas en el pasado y referenciadas con el euríbor. Sin embargo, los nuevos créditos tienen a tener diferenciales muy elevados, lo que supone una amenaza para las operaciones a largo plazo, como los créditos hipotecarios, en el caso de que los tipos vuelvan a subir. El recorte del precio del dinero beneficia más a las hipotecas concedidas en el pasado que a las nuevas y eleva los márgenes comerciales de la banca.

Aire para los bancos

En la práctica, la medida tomada por el BCE beneficia directamente a los bancos, ya que conseguirán de manera automática una rebaja en los costes de financiación.

La esperanza

La esperanza del BCE es que al abaratar el coste del dinero en las subastas dirigidas a los bancos, las entidades en competencia rebajen los préstamos que concedan a los bancos a hogares y empresas. Si el crédito a las familias vuelve a aumentar, el consumo y la demanda en general se verán beneficiados.

Los mecanismos de la política económica

La política monetaria, el abaratamiento del dinero, es un instrumento básico de la política económica, el equivalente a un acelerador de la actividad. Dinero más barato tiende a acelerar la actividad. Un recorte excesivo de tipos en un contexto de elevada actividad económica se traduciría en inflación. Las condiciones económicas actuales, de caída del PIB en España, hacen improbable que los bajos tipos de interés supongan un incremento súbito de la inflación de importancia.

Depreciación del euro

La bajada de los tipos de interés tiende también a incrementar el dinero en circulación y a depreciar el euro. Si el euro se deprecia, las exportaciones y las empresas exportadoras serán las primeras en notar un incremento de la demanda. Por el contrario, el alza del euro supondrá que los costes de salir al extranjero aumenten.

Mercado exterior

Para España, cuya economía se ha aferrado a las ventas al exterior ante el desplome del consumo interno, esta medida es fundamental para la recuperación, pero es difícil aventurar en que medida.

El control de la inflación

El mandato o función básica del Banco Central Europeo es mantener la estabilidad de precios o lucha contra la inflación. En concreto, el objetivo es controlar la inflación de la eurozona por debajo del 2%, límite considerado suficiente para mantener el crecimiento económico. La inflación de la eurozona en abril fue del 1,2% y la actividad económica ha caído en la mayoría de los países por lo que el BCE tienen margen para acercar los tipos de interés a los de EEUU (0,25%) cuya economía (y la bolsa) está capeando mucho mejor la crisis internacional.

La posición alemana

Alemania es reacia a políticas de expansión, gasto público y reducción de tipos de interés, ante el temor a que se produzca un alza excesiva de la inflación. Tras la primera guerra mundial, la crisis posterior se debió precisamente a una espiral inflacionista que debilitaba la posición de los ahorradores.

¿Modelos a imitar?

Especial atención merece la estrategia anticrisis del Banco de Japón, que ha anunciado recientemente su intención de duplicar su masa monetaria en un par de años para intentar salir del estancamiento. El objetivo es basar el crecimiento económico en las exportaciones.

¿Y las hipotecas?

Muchos préstamos en Europa están referenciados al euríbor, entre ellos las hipotecas españolas. En teoría, una reducción de los tipos debe abaratar la hipoteca. La cuantía de esa rebaja depende de las condiciones pactadas con la entidad a la hora de firmar el crédito. En los mejores momentos de la burbuja inmobiliaria, se llegaron a comercializar hipotecas con diferenciales del 0,20%. Actualmente, se ofrecen hipotecas con diferenciales de hasta el 4%. El saneamiento de la banca española ha frenado la oferta de créditos baratos. El euríbor cerró abril en el 0,51%.