Wizink (Santander), Bankinter, CaixaBank, Bankia, así como varias de las firmas que se dedican principalmente al crédito de consumo, han tomado la decisión de adaptarse a la nueva situación y bajar el tipo de interés de esas tarjetas que no tienen amortización definida en el tiempo y en las que el cliente paga una cuota fija, que con frecuencia no le permite saldar la deuda. Cada entidad ha optado por una estrategia: mientras que la sociedad vinculada al Santander y Bankinter lo han hecho de forma abierta, otras entidades han optado por analizar caso a caso. «Lo hemos reducido al 21% porque queremos evitar el riesgo de la interpretación particular que pueda hacer cada juez. Por intentar buscar cierta seguridad jurídica donde no la hay», explican en una de estas entidades. Bankinter confirma que «ha venido adaptando los tipos de pago aplazado, «atendiendo al contexto actual del mercado».

En el caso de CaixaBank, no se ha asumido una nueva política comercial de bajada de tipos de estas tarjetas, pero en algún caso particular, la entidad ha reducido el tipo por debajo del 20% en alguna reclamación individual. Oficialmente, el banco no ha reducido los tipos de las tarjetas que comercializa.

Bankia, por su parte, asegura que los tipos de sus tarjetas están por debajo del 20% desde el 2016, aunque reconoce que aún conservan un pequeño porcentaje de tarjetas con una TAE del 22,4%, «Pero está autorizada su rebaja al 19%», comentan fuentes de la entidad.

Recuerdan que las entidades que ofrecen crédito revolving están supervisadas por el Banco de España, lo que garantiza sus prácticas. De acuerdo o no con las resoluciones judiciales, se han sentido obligadas a bajar el tipo de unas tarjetas que han puesto en serios apuros a muchos clientes.