La patronal bancaria se desmarcó ayer de la opinión del Gobierno respecto a que el euro está sufriendo una conspiración de los especuladores en los mercados y que otro tanto le sucede a la deuda pública española. Si la víspera el ministro de Fomento, José Blanco, se refirió a "maniobras turbias" de los mercados de capitales, cajas y bancos matizaron esa visión de las cosas.

El presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), Juan Ramón Quintás, reconoció que él no usaría la palabra conspiración, pero admitió que quien "especula, en sentido neutro", lo hace con el ataque a monedas débiles. En sus manifestaciones subyacen críticas implícitas a las políticas que han situado al euro como una moneda vulnerable, por las dudas sobre Grecia y España. El representante de las cajas españolas dejó entrever que los motivos que depreciaron la divisa comunitaria no son distintos de los que evalúan cotidianamente las principales plazas financieras internacionales. Se ataca al "débil" y, aunque sea "incómodo", dijo, son las reglas de la economía de mercado.

En la misma línea, el presidente de la Asociación Española de Banca, Miguel Martín, admitió que hay un conjunto de fuerzas económicas que hacen que el euro pierda valor o que se aprecie, sin concretar sus sospechas. Ayer, el diario Financial Times desveló que los fondos de inversión libre (hedge funds ) y otros inversores especulativos han apostado cerca de 8.000 millones de dólares (5.800 millones de euros) contra la divisa comunitaria. ¿La razón? Es posible una crisis de la deuda en la eurozona.

APOYO DE FITCH Algunas voces se pronunciaron ayer en favor de la solvencia de las economías más afectadas por la crisis. La agencia de calificación de riesgo Fitch consideró que España ofrece garantías para que su deuda soberana reciba la máxima calificación. "Creemos que España permanece dentro de las garantías de una deuda soberana AAA", manifestó Douglas Renwick, de Fitch.