La patronal bancaria (AEB) estima que la quiebra de Lehman Brothers no afectará al sistema bancario europeo de forma global, "y mucho menos al español". La asociación subraya, con todo, que la fortaleza de la banca de Europa no resta gravedad a la situación. "La quiebra da la medida de la grave crisis financiera que atraviesa EEUU", apuntan desde la organización.

Se da la circunstancia de que el presidente de la AEB, Miguel Martín, viene defendiendo desde hace meses la necesidad de que los reguladores de EEUU y Europa obliguen con mayor contundencia a sus bancos a informar públicamente de los daños reales que la crisis de las subprime había producido en sus activos. Es la única formula, a su juicio, de que las entidades vuelvan a dejar dinero con normalidad.

La asociación no se atreve a aventurar, sin embargo, que, como defendieron ayer algunos analistas, la actual debacle del sistema financiero estadounidense permitirá a medio plazo devolver el mercado a la normalidad. En cambio, la AEB sí considera que era "inevitable" que EEUU haya establecido "un límite a partir del cual la disciplina de mercado se restablezca". "Al dejar caer a este banco de negocios, parece que las autoridades de EEUU confían en que pueden controlar la situación", aseguró la patronal.

FINAL LEJANO En cualquier caso, la idea de que el recrudecimiento de la situación financiera podría ser la antesala de su recuperación no es ni mucho menos mayoritaria. El director gerente del FMI, Dominique Strauss Khan, dijo ayer que la quiebra de Lehman Brothers anuncia que la crisis está lejos de su final y que podría haber nuevas fusiones bancarias.

También Pedro Solbes, ministro de Economía, se mostró convencido en el Senado de que el sistema tiene suficiente solidez como para soportar las tensiones internacionales que, según sus propias palabras, "lejos de remitir, se han recrudecido". El vicepresidente defendió que las autoridades económicas europeas están tomando "todas las medidas necesarias" para asegurar el buen funcionamiento del sistema. Los datos ponen de relieve que la exposición directa de la banca española es mínima. Fuentes del BBVA aseguraron ayer que la rentabilidad de los bonos que algunas de sus gestoras adquirieron a Lehman Brothers no afectarán a sus resultados. Santander, La Caixa y Bancaja, entre otras entidades, tienen posiciones aún menos significativas en deuda del banco norteamericano.