Los bancos españoles quieren que los gestores de las entidades financieras que sean salvadas abandonen sus cargos. "Esa ha sido la política que se ha tenido siempre en España, porque sin disciplina el sistema financiero pierde su propia forma de hacer banca: la disciplina es esencial", defendió ayer Miguel Martín, presidente de la patronal AEB.

El debate está abierto. El PP ha pedido la dimisión de Juan Pedro Hernández Moltó, presidente de Caja Castilla La Mancha, una vez que esta entidad se ha visto abocada, con el apoyo del Gobierno y el Banco de España, a fusionarse con la malagueña Unicaja para superar sus problemas.

Ya nadie duda de que la crisis empuja al sector financiero a una reestructuración. Ante esto, Martín advirtió en el Congreso de que "ayudar a sobrevivir a entidades poco viables debilita al conjunto de los bancos y lastra la recuperación de la economía".

El líder patronal se opuso así a que el Gobierno inyecte capital a entidades en apuros sin condiciones y apostó por el procedimiento de otras crisis: "El sistema español, a través del Fondo de Garantía de Depósitos, garantiza que no haya fondos gratuitos, que se devuelvan, y que las entidades deban reestructurarse". Defendió la necesidad de que el crédito caiga para reducir el endeudamiento, de que los márgenes de los préstamos reflejen la más alta morosidad, y pidió prohibir las ventas de acciones en corto.