Los grandes bancos españoles han reclamado este lunes al Banco Central Europeo (BCE) que levante cuanto antes su recomendación de que las entidades financieras de la zona euro no paguen dividendos a sus accionistas por lo menos hasta el año que viene. Los consejeros delegados del Santander, el BBVA, CaixaBank y el Sabadell han advertido de que lo contrario puede perjudicar el flujo de crédito y por lo tanto estrangular la recuperación económica.

El organismo supervisor emitió la recomendación el pasado marzo, en pleno estallido de la crisis del coronavirus, con el objetivo de que los bancos reforzaran su solvencia. Toda crisis genera pérdidas porque implica un aumento de la morosidad por los problemas de pago de los clientes, así como una devaluación de los activos en balance, como los inmobiliarios. No pagar a los accionistas permite destinar más recursos a aumentar el capital, que a su vez sirve para absorber dichas pérdidas. Los bancos, asimismo, deben reservar capital para dar créditos, con lo que cuanto mayor sea su nivel de solvencia de partida ante de absorber dichos quebrantos, mayor margen tendrán después para conceder préstamos.

Sin embargo, los ejecutivos han esgrimido que la recomendación del BCE ha provocado un aumento del coste que les supone hacerse con ese capital (COE, el retorno que un inversor exige a una empresa), ya que los inversores buscan recuperar por esa vía la falta del cobro de dividendos. Y ello, ha argumentado, es malo para la financiación de la economía: como las entidades deben guardar una cierta cantidad de capital por cada crédito que dan para protegerse de posibles impagos, si les resulta más caro conseguir ese capital, lo normal es que concedan menos préstamos y con intereses más altos.

MALO PARA LA ECONOMÍA

El consejero delegado del Santander, José Antonio Álvarez, ha asegurado que es "importante" reducir el coste de capital de los bancos y ha defendido que una vía para hacerlo es que se las entidades cuyos resultados "lo permitan" puedan pagar dividendos. "Los bancos deben poder acceder al mercado de capitales en el futuro si necesitan hacerlo. Ahora no sería posible por la dilución que provocaría a los accionistas, que me dirían que reduzca los activos ponderados por riesgo (el crédito, por lo tanto), lo que sería malo para la economía", ha argumentado en unas jornadas de KPMG y 'Expansión'.

En el mismo foro, su homólogo del BBVA, Onur Genç, ha destacado que los bancos de Estados Unidos y las empresas europeas sí pueden pagar dividendos. "Creo que esta situación debería equilibrarse, pero es una decisión que corresponde al regulador. Esperamos que se levante en 2021", ha aventurado. "En la situación en la que estamos, es lógico que las políticas de dividendo se revisen a la baja, pero no llevarlas a cero. Ello genera más desconfianza que confianza", ha abundado el número dos de CaixaBank, Gonzalo Gortázar. "Este sector necesita reducir el coste de capital porque no puede ser que sea poco invertible para los gestores de fondos, ya que eso acaba estrangulado el crecimiento económico. Lo lógico es que las políticas de dividendo sean prudentes y todos los bancos vamos a alinearnos a esa prudencia", ha subrayado Jaume Guardiola, del Sabadell.

REDUCIR COSTES Y FUSIONES

También en las mismas jornadas, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, ha destacado que la rentabilidad de la banca europea ha bajado del 5% al 2% al cierre del primer semestre, muy lejos del coste de capital (que antes de la crisis se calcula en entre el 8% y el 10%), y ha admitido que ello "impide" a las entidades acudir al mercado a captar capital o emitir deuda. Pero no se ha referido a la recomendación sobre los dividendos, sino que ha subrayado que la reducción de costes es ahora "más importante si cabe". Las fusiones, ha añadido, son una vía para ello, pero "como instrumento, no como fin en si mismo".

En este sentido, el consejero delegado del Santander ha vuelto a asegurar que el banco no busca protagonizar una de estas operaciones. "No estamos interesados, no miramos nada". Su homólogo del BBVA, por su parte, ha insistido también en que su entidad está centrada en crecer por sí misma, pero analizará las fusiones que generen valor para el accionista. Por su lado, el número dos del Sabadell, cuya entidad está en las quinielas para ser absorbida por el BBVA, ha defendido que su entidad, aunque no descarte una unión con un competidor, está "embarcada en su proyecto" y por ello ha acelerado la reducción de costes.